09.01.2016 Hasta la vuelta Turco
José Gileni dejó una marca única en todas las canchas en que jugó.
Un hombre que puso siempre en la cancha, todo eso que no siempre lo puede confirmar una persona. Era algo global, desde el tesón, la entrega, el buen juego cuando era necesario, el remate violento e increíble de cualquier lado de la cancha., la furia cuando las papas quemaban, la garra en cada acción el tinte caudillesco propio de nuestro fútbol oriental, el poner el pecho a las balas en las difíciles, cuidar a los compañeros más jóvenes. El saber ser capitán y caudillo, referente le dirán por estos tiempos.
El que la mala noche, que las tenía no le impedían jugar, meter, hacer goles y ganar el partido acá o más allá.
José Gileni, fue figura, fue un grande y un ganador como ninguno, fue titularen selecciones campeonas del Este, en no menos de cuatro ocasiones, fue campeón con Sportivo Minas en varias ocasiones en su carrera deportiva.
No siendo en Minas como todos sabemos, fue quizás más minuano que nadie, y puso todo de si por este departamento en lo deportivo.
Fue un bohemio de la vida, pero un cumplido a muerte en su actividad y era respetuoso de lo que hacían los demás. Fue uno de los muchos que en mis comienzos en esto del periodismo me ayudo en los vestuarios para las notas que se grababan por vez primera en la radio telefonía de Minas. Nadie quería hablar, y lo he escrito en otras ocasiones. » De que es que te hable», era el planteo de muchos, el Turco con los ojos saltados, envuelto en sudor no solo me hacía declaraciones, sino que indicaba a los demás, «Hablale a guri que esta haciendo lo suyo, nos están difundiendo…y luego algo más sobre sus compañeros.» Era enorme el Turco cuando estaba en serio y lo hacia cuando jugaba y cuando laburaba. Podía llegar cargado, de un partido en Melo, con paradas por todos lados, que cuando llegaba a Minas, él de inmediato enfilaba hacia ANCAP al trabajo no se puede faltar e incluso arrastraba a otros compañeros que no querían ir por el agotamiento.
Rara él no había detención, más allá de la diversión y el disfrute.
Un hombre que tuvo un transito diverso en el fútbol desde su lugar natal Toledo en Canelones Hasta desembarcar en Minas por gestión de Walter Cuadri que le consiguió trabajo como el queria y loo hizo en ANCAP por medio del Dr. Martorell presidente del Club de los azules en aquellos tiempos 1956 ingresó en ese año a la fábrica de Portland como chofer y estuvo mas de 35 años laburando allí.
Fue el hombre que como chofer le oi decir» cuando una pelota viene cruzando una calle es necesario detener la marcha porque detrás viene un guri».
Creo que lo dijo incluso en una prueba a que fuera sometido en algún momento en la propia institución en la que laburó tanto tiempo.
Bueno es hombre correcto en sus funciones, que le gustaba entrenar. Era un bohemio de barra de boliches, de noches en el humo de cigarro, con un enorme corazón.
Amigo de los amigos, voz algo ronca, siempre firme, decidido, nunca exteriorizó mas de lo que creía lógico.
Cuanto quería la tricolor serrana, siempre como el hincha número uno. Es así que fue el uno en el deporte minuano. Gracias por lo que distes en las canchas al deporte minuano. Gracias por lo que diste al deporte popular por las alegrías, tus goles y tu presencia y la polenta en tus piernas. Simplemente gracias por ello, nos seguimos viendo en el recuerdo constante y permanente, en mi garganta con algún que otro gol tuyo grité. Gracias Turco, seguirás siendo igual….