31.12.2019 Sueños y esperanzas que se fueron cumpliendo en un año con esfuerzo, cariño y amor. Y ello hace que tengamos un gran ¡Muchas gracias!

Por Omar Guillén
Al cerrar un año y prepararse para encarar uno nuevo es común que se hagan en las empresas, comercios e incluso a nivel del propio país una evaluación y se adelantan estimaciones de lo que puede venir. Todo es muy relativo, dado que es solo un momento para otro esto de la transición de los años, y está muy acotada muchas veces, y nos basamos en una verdadera fantasía que nos ayuda o no a continuar por un camino.
En nuestro caso específico digamos que este año que culmina ha sido muy positivo desde el punto de vista humano y profesional.
La lucha ha sido dura desde que emprendimos con Diario La Unión este desafío que quizás para muchos aparecía como imposible, con más sombras que luces. Y es probable que haya sido así, pero cuando la fortaleza de los actores tiene fuerzas y vitalidad, las cosas pueden avanzar más allá de las dificultades. Nos encontramos con obstáculos muy duros al comienzo de este 2019, pero a la vez teníamos una fortaleza individual y colectiva muy significativa. Aportes sustanciales de amigos realmente fuertes nos abrieron esa ruta que nos ha permitido avanzar y mejorar en todo los aspectos en una actividad que tiene sus enormes dificultades debido a las dependencias que se tienen de otros servicios e insumos. Lo hemos dicho en ocasiones anteriores, pero es bueno repetirlo por cuanto somos de los que sostenemos y practicamos «en la vida hay que ser agradecido», y vamos por ello entonces, con el agradecimiento a Nicolás Gómez y su mamá, que nos dieron esa mano invalorable al concedernos de forma por demás abierta una máquina que nos dio luz y vida para la impresión del Diario, en el marco de una idea que fue con el de curso del tiempo avanzando y mejorando lo que es el pan de cada día para nosotros, el Diario La Unión, no por lo que nos da pecuniariamente, sino por el «amor al periodismo», y las ganas de llegar a nuestra gente con lo mejor que se pueda más allá de las vicisitudes. Ese aporte de Nicolás nos dio una posibilidad y fue de su parte algo muy especial que lo tenemos día tras día muy presente. Así comenzaba nuestro año en esta verdadera lucha «vestidos» de lo mínimo para ir al máximo.
Recordamos lo que fue buscar aumentar el potencial eléctrico para que la máquina funcionara. Allí fuimos a UTE y nuestros amigos del lugar pusieron lo mejor de sí, para que se hiciera el cableado de unos 150 metros. Debimos esperar la licencia de los funcionarios que debían cumplir la obra y se nos dijo, tal día, mediados de enero y así fue, ni más ni menos. Desde allí los pasos futuros hasta que se terminó la gestión y la instalación.
El reconocimiento para Daniel Vázquez y toda la gente que representa al organismo estatal y también los de las empresas terciarizadas. Y allí comenzó un nuevo momento de Diario La Unión en cuanto a su mejoría tal como la pensamos interiormente quienes somos los responsables de la empresa pero también nuestros compañeros de labor, tanto la parte técnica, como periodística y de escritorio diríamos, distribuidores, repartidores.
Y la gente, ustedes, los que reciben el diario, que han sabido darnos más y más oportunidades en momentos de dificultad, continuando con las suscripciones en un acto no solo de comprensión sino de confianza en que todo mejoraría. Y la mejoría fue llegando paulatinamente y progresivamente hasta este momento en que ya nos sentimos todos más seguros de una evolución que lógicamente no ha terminado, pero que tiene rasgos muy positivos en un mundo de aparente evolución pero con muchas complicaciones en esta materia.
Crecimiento tecnológico por un lado y gran avance periodístico con la conformación de un cuerpo periodístico que queremos y estamos convencidos que es el mejor del medio y alrededores. Una incorporación estelar Karen Corbo Martinez para sustentar el trabajo que venían haciendo en gran forma y excelencia Karina Nuñez y Rodrigo Guillen Graña. Este grupo mostró todas sus cualidades en un año electoral donde se hicieron laburos brillantes y coberturas totales con otro aditamento que fue la profesional en fotografía María Pirez. Fue como la frutilla de la torta en ese sentido y nos quedamos con un grupo hermoso de gente que reúne las cualidades y calidades humanas que personalmente siempre soñamos, buenos profesionales para cumplir con quienes nos siguen, pero lo otro, lo más caro, buenas personas.
Pero un diario tiene otros puntos de sostén que son imprescindibles también como la impresión, quienes manejan la máquina final. Quienes están en las oficinas y mencionamos una persona, pero están todos englobados Rocío Brignioni, que cuando iniciábamos la formación de la empresa y la compra del Diario, sin dinero, pero si con más fuerzas y amor hacia este emprendimiento, Rocío estaba descansando en la playa y había anunciado que no continuaba más trabajando en la empresa que aún no nos pertenecía. Sin embargo al decirle lo que se venía y estábamos dispuestos a la compra, no dudó un momento y nos dijo «si, si sos vos te doy una mano, al igual que a tus chicos, cuando vuelva a Minas estoy con ustedes». Y fue así y ha sido una verdadera «leona» en los momentos difíciles y que muchas veces nos desnorteamos y/o confundimos dadas las adversidades que surgen en esta actividad.
Vaya el saludo a quienes han estado y están en la distribución, en los chicos repartidores que han ido comprendiendo lo que significa todo esto y de esa forma dan su mano inmensa. Reconocimiento para quienes venden la publicidad, a quienes realizan la cobranza de socios, suscriptores y avisadores. Y justamente ese agradecimiento a quienes nos reciben todos los días y pagan puntualmente y los avisadores que han estado siempre y los que día a día se incorporan.
Gracias a quienes nos proporcionan el papel, por su aguante y soportarnos en las instancias duras, a los proveedores de otros elementos que hacen el «complejo de esta industria» tanto locales como capitalinos. Se nos hace imposible mencionarlos individualmente, pero ellos lo saben que es así.
Y por último el agradecimiento para Rodrigo que ha sido alma mater en todo esto con su dinámica propia de la juventud pero muy bien orientada, su impronta y su amor por algo que sabe yo llevo en el alma, el periodismo en general y el diario en particular. Imaginación, inteligencia, entereza, predicación y no perder la esperanza de un mañana mejor, ha sido y es la apuesta que hace el popular hijo Rodrigol, también en esto tiene lo mío de siempre y por ello es sin duda el mejor espejo que desde el alma tengo para esa mirada retrospectiva que suele hacer a esta altura de mi vida.
Y más allá de los tiempos vividos por quien escribe, sigue teniendo esperanza de momentos mejores para todos y está viva en mí, esa esperanza de vuelta al diario del otro hijo Cristián, con su talento y sus conocimientos en materia de eso que antes le llamábamos diagramación de un diario.
Quizás se me quedan cosas en el tintero, pero es que un periodista nunca debe terminar la nota. Quizás sin quererlo esté en ese camino.
Gracias a todos y que tengamos un año lleno de amor, más humano, que terminen las injustas e increíbles muertes de nuestras mujeres, niñas y niños.
Gracias a todos perdón por lo extenso. Que Dios les bendiga y que su mano toque nuestros corazones, para borrar odios, rencores y nos de paz, amor y comprensión. Con la copa levantada. Salud amigos por siempre.