27.02.2020 Un mural que hace la diferencia en el final de una calle sin salida

Por Karina Núñez
Hace ya unos cuantos años un día pasábamos por calle Morales Arrillaga, pasando Oficial 74 y nos encontramos con una señora que pintaba un mural en una pared, donde parece que justo muere la calle.
En aquel entonces nos decía que se había cansado de ver aquel muro donde moría la calle y parecía dar la sensación de cortar la libertad.
Entonces había decidido darle un poco de color al lugar.
Los vecinos todos quedaron animados y sorprendidos y a todos les gustó aquella idea.
Luego fue pasando el tiempo, y Mariela Fernández continuó con su obra, realizando cada uno o dos año, un mural diferente.
Mariela es artista plástica, es actriz, le encanta sacar fotografías, tiene un sin fin de oficios, pero sabemos que pintar es una pasión.
COMENZÓ SU PASIÓN
Dijo que con su primer mural le pasó que alguien comparó la cascada con una pollera con muchos vuelos, por lo que nos dijo «nunca había estudiado, ni había realizado ningún curso, ni había realizado nada en pintura, solo me gusta y me animo».
Luego de haber tomado aquel comentario de una conocida de un modo no muy simpático, dijo que mirando fríamente tenía razón y decidió cambiarlo.
Hoy asiste a un taller con Serrana Calvo en Amigos del Arte.
Para el año siguiente en el 2012, comenzó una nueva etapa, realizando el mural más laborioso, que trataba de un papagayo, el que le llevó 52 horas de trabajo, con muchos detalles y fue un trabajo con mucho gusto, con mucho color y fue un mural muy gustoso. Tanto que duró 6 años, y que fue cambiado por tema del tiempo y que se había deteriorado.
El tercer mural se tituló el Muro roto y fue realizado en abril de 2018, donde la idea era pintar algo con ladrillos rotos, ya que la idea siempre fue romper con ese muro, de manera que la calle no muriera en el, y por eso decidió hacer un agujero en el muro, con paisaje atrás.
Un mural también con buenas repercusiones de la gente, donde se valoró el contenido, el dibujo y el color, ya que «cuando comencé con mis murales, nadie lo hacía aún en los muros».
Como realmente no quedó del todo conforme con ese mural, a pesar de que todos dijeron que era hermoso, sabía que nuevamente lo iría cambiar, por lo que nuestra artista, dijo «soy fanática de los paisajes y más aún en los muros, porque es como que el muro se borra, se desaparece.
Ahora para hacer nuevamente un mural recordé que en cada pintada de mural, se me acercaban niños, muchas veces niños pequeños, donde algunos preguntaban sobre el dibujo, otros estaban algunos minutos junto a mí, por eso decidí hacer un homenaje a los niños, y también porque no hay murales para niños, y ahí me puse a decidir que iba a hacer, donde todos mis conocidos mis brindaron ideas, y me decidí por Bambi, que a los niños les encanta, los dibujos generan una ternura especial y la verdad que la respuesta ha sido fantástica».
El trabajo plasmado en la pintura fueron 17 horas, pero a eso hay que sumarle el trabajo de dos días en su casa, haciendo el dibujo para después pasarlo al muro.
«LA SATISFACCIÓN»
Para Mariela, que hace de esto una pasión, nos cuenta «que con todos los murales, ha tenido muchas satisfacciones» y eso es lo que realmente la hace continuar.
Desde nuestra redacción del Diario La Unión nuestras felicitaciones, sin duda que el barrio se hace más lindo y con el inicio de las clases sabemos que muchos disfrutaran del mural.
CRONOLOGÍA
Primer mural: LA CASCADA, realizado en mayo 2011 (a la que alguien comparó, con razón, con una pollera de muchos vuelos).
Segundo mural: EL PAPAGAYO EN EL MURO, julio 2012 (mi mural más elaborado).
Tercer mural: EL MURO ROTO, abril 2018.
Cuarto mural: BAMBI Y SUS AMIGOS, febrero 2020.