15.06.2020 Cuidacoches: Un oficio que crece

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Informe sobre Cuidacoches 3

Por Karina Núñez y Rodrigo Guillén

La cantidad de autos que transitan por las ciudades, han dado origen al oficio de cuidacoches. Dada la actualidad del tema, Diario La Unión conversó con trabajadores del rubro y autoridades competentes a la materia.

Requisitos

El Director de Tránsito de la Intendencia Departamental de Lavalleja, Víctor Herzberg explicó que se exige una serie requisitos básicos a quienes realizan este oficio. «Es una práctica que se viene haciendo desde hace un tiempo en la Dirección de Tránsito, donde se solicita llenar un formulario con personas principalmente que residan en la ciudad, se les solicita el certificado de buena conducta y se les evalúa que no tengan antecedentes», describió el jerarca.

«Previa una asignación de una zona determinada se les otorga un permiso, con foto carné y su nombre, para que cuando inicia recientemente sea renovable cada 30 días. Por lo que cada vez que se le venza el carné, debe asistir nuevamente a la Intendencia para renovación del mismo», comentó.

Fiscalización

«El control básicamente se hace a través de los inspectores de tránsito, quienes fiscalizan que justamente las personas que hacen ese trabajo lo hagan en la zona que corresponde y en el horario que les corresponde», sostuvo Herzberg y agregó que «si la persona que está en un lugar específico, comienza a trabajar en otra cosa, y deja el lugar, se le asigna a otra que lo solicite».

Con respecto a los cuidacoches de la terminal de ómnibus «son fiscalizados por los inspectores que trabajan en la misma terminal y también en coordinación con Tránsito a los efectos de evaluar la característica de la persona, su comportamiento, certificado de buena conducta y demás. Se solicita además un registro de las personas que están autorizadas a los efectos de llevar un control».

El jerarca indicó que las tareas se realizan en dos turnos, «salvo que la persona solicite estar todo el día, pero siempre hay ciertos requisitos, por ejemplo una mujer no puede estar realizando su labor con sus hijos menores, trabajando en esa tarea».

En cuanto a la remuneración, los trabajadores cuidacoches no tienen un canon determinado, sino que dependen de la propina que es voluntaria.

Proyecto

«Hace un tiempo y viendo experiencias de otros departamentos y a solicitud de algunos ediles, de regular esta temática, se elevó un proyecto reglamentación para cuidacoches, por lo que el Ejecutivo Comunal entendió que era pertinente enviarlo a la Junta Departamental, por lo que se está a la espera de que haya una resolución para legislar sobre el punto sobre un área que aún no tenemos la normativa específica», comentó el Director de Tránsito. Este proyecto fue enviado en abril de 2019 para su tratamiento en la JDL.

En Montevideo existe un protocolo para la actividad que implica que el trabajador esté inscrito en el Registro de Cuidador Formalizado.

Denuncias

Consultado sobre si ha recibido quejas respecto a algún episodio, el jerarca resaltó la importancia del control correspondiente de la actividad, ya que «ante denuncia de vecinos o de conductores que estacionan en la zona donde están, se les advierte y en algunos casos se pone en conocimiento de las autoridades judiciales a efectos que se proceda en tal sentido».

«Es importante que los cuidacoches deben estar mínimamente identificados, con el carné identificatorio con el nombre y su foto, con el plazo del permiso que se le brindó y con un chaleco reflectivo, más que nada por seguridad del trabajador», afirmó Herzberg.

La tarea

Carlos Gadea tiene 36 años y es cuidacoche hace doce años. «No encontraba trabajo en otras cosas y esto lo encontré como una salida, es un trabajo más, es un servicio a la sociedad», explicó el trabajador.

Carlos Gadea

Su área de trabajo abarca Plaza Libertad, terminal de ómnibus y 18 de Julio. En una jornada de más de 10 horas «se hace un jornal, para vivir y tener un sustento», relató. Al ser consultado sobre los aportes correspondientes indicó que le «gustaría el día de mañana tener esos beneficios, pero nunca se nos ha planteado. Trabajo todos los días».

Walter Correa trabaja en el Callejón Vidal y Fuentes. Tiene 33 y desde los 9 años se dedica a este oficio. «Llevo mi vida en esto de lunes a lunes de 9 de la mañana a 21 horas, llueva o truene, nunca fallo. De lunes a viernes les cuido al Banco la remesa y los carteles que ponen para el estacionamiento», expresó.

Walter Correa

«Para tener un mejor sueldo, un comisario me enseñó a lavar autos y me ha ido mucho mejor que cuidándolo, solo haciendo eso recaudaba unos $300, lavando hay días que lavo $500, otros lavo y hago $1000 y tengo días que hago $2000», relató el trabajador.

Ambos cuentan con el permiso correspondiente de la IDL y coincidieron en que no se molestan cuando la gente no les da dinero. «Siempre que se va el auto le digo, buenas tardes amigos que Dios lo bendiga para que esa persona no se sienta incomoda, seguro que cuando vuelve te recompensa. Me ha pasado muchas veces y trato de no enojarme con la gente, además que no es obligación de dar la propina», afirmó.

Al igual que Gadea, Correa se manifestó a favor de la regularización de la actividad. «Estaría muy bien tener nuestros aportes, me encantaría, hoy día la caja me la pago yo, mi madre comenzó hacerlo desde que era chico, pero me gustaría que alguien se esforzara para que me la paguen. Esto es un trabajo, sé que hay gente que dice que no lo es, pero acá tenés que rezongar con la gente que para en un garaje, incluso me han llegado a pegar, un día le pedí a una persona que no parara en el garaje porque lo multaban y me pegaron a tres cuadras de acá cuando me encontró», recordó.

La pandemia también afectó este oficio, mermando los ingresos de los trabajadores, «pero para sobrevivir da, lo principal es tener un peso en el bolsillo. Yo acá me llevo bien con todo el mundo, me gusta mi trabajo. El año pasado me tome 5 días libres, pero al segundo día me vine a trabajar, estaba en San Carlos en casa de un hermano y me volví, llegué y me puse enseguida a cuidar coches», concluyó. 

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