27.07.2020 El derecho a la verdad biológica
Por Karina Núñez
Las redes sociales nos permiten crearnos una vida y desarrollarla. Nos permiten interactuar con personas que quizá están en la otra parte del planeta, conectar, crear contenidos, compartirlos y difundirlos.
En este caso también podemos gracias a las redes sociales contar un historia, en la que quizás y seguramente alguno de nosotros podamos ayudar, porque de eso se trata, tender una mano, dar una palabra de aliento, tratar de que cuando no estemos en este mundo, hayamos dejado una semilla de bondad.
Tal es así, que llegamos a la historia de Pablo Alfredo Silvera Avila, un hombre que vive en Montevideo, que su deseo más próximo es encontrar a su familia biológica.
Saber su historia, conocer su sangre, es derecho de cada uno de nosotros.
Nos contactamos telefónicamente con Pablo, quien hoy tiene 52 años de edad, nació un 21 de noviembre de 1967 y nos narró los datos que tiene hasta el momento.
«No tengo datos de mi familia biológica. Lo único que pude averiguar es que aparentemente sería una señora de Durazno que ese día viajó a Montevideo, otra señora hacía el contacto con mi familia adoptiva, y yo nací ese día en el Pereira Rossell a las 4 de la mañana. Mi madre biológica ingresó al Pereira Rossell con la cédula de mi madre adoptiva, por este motivo no puedo rastrear su identidad. Lo único que quiero es conocer mi origen y algún día sentarme con mis hermanos que tengo entendido son varios», expresó.
Al ser consultado, Pablo dijo que su padres adoptivos ya son fallecidos, «me enteré que era adoptado cuando tenía 6 años de edad, y en aquel entonces, me contaron muy por arriba la historia y me dijeron de esto en casa no se habla y no se pregunta más. Por respeto a mis padres en aquel entonces, que parece que uno tenía más respeto, nunca pregunte más, por no herirlos, por no ofenderlos».
«Quiero aclarar que nada tengo contra mis padres adoptivos, porque los amé toda la vida y lo que soy es gracias a ellos, no tengo nada que reprocharles.
Pero quiero saber mi origen, encontrar a mis hermanos, pero nada legal, solo quiero conocer mi familia biológica. Porque la otra familia es la del día a día y siempre supe que madre no es la que te tiene, sino la que te cría y eso siempre lo tuve claro», sostuvo.
«En aquel momento cuando nací, parece que ya tenía 6 hermanos, los que hoy todos tienen más de 53 años de edad, por lo que imagino que debería haber sido una familia numerosa de Durazno, que tengan un caso así, de que se hayan enterado, porque quizás nunca lo dijeron y nunca podré enterarme, pero pienso que no hay peor gestión que la que no se hace», afirmó.
Nuestro entrevistado, dijo que el año pasado hubo un programa en la TV, de «Santo y Seña», de hijos adoptivos e hijos apropiados, «porque al no ser una adopción legal es eso y me enteré después de ese programa que yo sería un hijo apropiado. Por eso comencé a investigar con un movimiento que se denomina «apropiadosuy» y les escribí y me aconsejaron que empezara por conseguir la partida de nacimiento de la Intendencia y registro civil, pero en las dos partidas de nacimiento, aparezco como hijo legítimo de mis padres adoptivos, con testigos y todo, además dice que nací en el sanatorio Casmu en Montevideo, cosa que tampoco es real».
«Agradezco cualquier tipo de información, lo que sea puede servir, quizás en Minas, en Lavalleja también tenga un familiar, alguien que pueda saber parte de mi historia», manifestó.
A Pablo lo pueden contactar a través de la red social Facebook por la cuenta Pablo Silvera Ávila o el celular 099126808.