20.10.2020 Historia de vida: cuando el cáncer de mama llega a nuestra vida

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Cambios en los senos a los que hay que prestar atención. Fuente Ministerio de Salud Pública

Cambios en los senos a los que hay que prestar atención. Fuente Ministerio de Salud Pública.

Por Karina Núñez

El Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, que se celebra en todo el mundo en octubre, contribuye a aumentar la atención y el apoyo prestado a la sensibilización, la detección precoz, el tratamiento y los cuidados paliativos de la enfermedad.

EL DIAGNÓSTICO

Sin duda que el diagnóstico de la enfermedad no es fácil para nadie, ni para la persona misma que lo padece, ni para la familia y amigos, pero lo importante y es lo que buscamos a través de esta nota, es decir que se puede salir adelante, que se puede mejorar y se puede volver a vivir de manera feliz.

AYUDAR

Es por ello, que llegamos a la casa de Raquel, una mujer con mucha salud, mucha vida, acaba de ser abuela, con muchas ganas de vivir, de disfrutar de sus seres amados, tiene dos hijos que son sus tesoros y un compañero de vida que acompaña y apoya cada día.

Cuando tenía 36 años un día se dio cuenta que tenía un pequeño bultito en un seno, de inmediato consultó al médico y le mandaron un montón de estudios.

Al llegar los resultados, la respuesta fue lo que jamás queremos escuchar: cáncer de mama.

Creyó que el mundo se le venía encima, pero las mujeres tenemos un don especial y sacamos fuerzas de donde sea, pensó en sus hijos chicos aún, en su esposo, en su madre y de esa manera comenzó ese largo recorrido.

Raquel hace 9 años fue diagnosticada con cáncer de mama, con tan solo 36 años, hoy a sus 47 años, ve la vida maravillosa, y con muchas ganas de seguir viviendo, «porque siempre hay motivos para vivir».

Un día mientras se bañaba se encontró un bulto. «Espere unos días, porque estaba en fecha de menstruación, y después me controlé nuevamente y decidí ir a la ginecóloga, quien me mando una ecografía en la que salía que tenía un nódulo, que no se sabía si era bueno o malo, y había que estudiarlo, por lo que enseguida me enviaron al cirujano y éste me mandó a sacarlo. Inmediatamente lo mandaron a analizar, aparentemente no era malo, pero cuando llegaron los resultados, éste no fue el mejor. Luego sin perder tiempo, me hicieron otra operación y me sacaron la mama directamente», relató.

«SÓLO PENSÉ EN LA MUERTE»

Al consultar por su sentimiento cuando le dijeron que tenía cáncer, dijo que «a la mente se me vino la palabra muerte, y pensé que me iba a morir y  enseguida dije ¿qué hago con mis hijos?. «Siempre y en cada momento pensé en mis hijos para poder salir adelante ya que ellos siempre son mi prioridad».

LO MÁS DIFÍCIL

Luego de la extirpación de la mama, el tratamiento de quimioterapia, que «fueron tres sesiones de quimio, una cada 21 días. Se me cayó el pelo en su totalidad, y en realidad fue lo más feo que debí vivir en ese trance», recordó. «Personalmente fue lo que más me castigó y dolió, y lo más frustrante fue la caída del pelo, porque la mama me la sacaron pero no tuve un gran duelo.

Primero no me quería cortar el pelo y cada vez que me bañaba sentía como lo iba perdiendo de a poco y eso fue lo que más sufrí. De todas maneras, logré conseguir una peluca en Montevideo y enseguida mi pelo comenzó a crecer, nunca imaginé que tan rápido crecería, por lo que poco tiempo después dejé de usar la peluca, la que de todas maneras me hizo muy bien», manifestó.

Raquel siguió su vida de manera normal, con su trabajo, y luchando por la vida, por sus hijos,  nunca sintió ganas de aflojar, al contrario, algo le daba fuerzas para seguir. «Creo firmemente que Dios me envió el problema, pero también la solución, y creo que él me daba esas fuerzas para continuar día a día», expresó.

«SE PUEDE SALIR ADELANTE»

«El cáncer mejora pero nunca estás curado, por eso es que cada un tiempo me debo hacer estudios, y cada vez que voy a control, no voy a mentir, me pongo muy nerviosa hasta no saber el resultado de los valores tumorales, entre otros,  pero mi vida sigue de manera totalmente normal, solo soy minuciosa con mis controles, siempre la fecha la cumplo, porque es necesario», afirmó.

Al preguntarle a Raquel, que le diría a una mujer que hoy está padeciendo la enfermedad y que quizás no ve la salida, mencionó «que se puede salir de esto, hoy hay muchos tratamientos y por ende se logra con más facilidad. También les diría que traten siempre de cuidarse y de prevenir, porque es bueno también y cuanto más agarrado a tiempo, hay un pronóstico de vida mejor. Pero lo más importante de todo es que nunca hay que rendirse».

Raquel hoy está feliz, agradece a la vida, a Dios, a su familia, bastión fundamental para lograrlo y «aún agradezco que se me haya permitido conocer a mi nieta, aún no puedo creer que mi hija ya es madre, solo doy gracias por tenerlos a todos», concluyó.

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