01.02.2021 Rene Martínez: mujer, maestra y madre

Josefa René Martínez Hernández nació el 19 de marzo de 1934 en Estación Solís en una familia conformada por madre, padre, y dos hermanos más chicos, el varón dos años menos (Fallecido) y una hermana diez años menor que vive en Villa Serrana.
La escuela primaria concurrió en Estación Solís, pero en aquellos tiempos, la escuela quedaba lejos, pero como su madre era como una maestra particular, sin ser maestra, los educó, hasta que un día tuvo la posibilidad de llevarlos a la escuela Nº 17 y allí mediante la Maestra Ida Melgar Arce, quien venía de Montevideo y pasaba toda la semana en la escuela, «junto a mi hermano nos hizo una evaluación y a mi hermano lo puso en tercer año, y a mi en cuarto, que era la clase más alta de ese momento.
Al año siguiente nos mudamos a Villa Rosario y allí la escuela nos quedaba cerquita a 5 cuadras, por lo que continué la escuela pero nuevamente en 4º año.
Pero de inmediato di un examen de ingreso para poder comenzar el liceo en Minas, recuerdo todos los temas de ese examen, que fue de matemáticas, idioma español con dictado y gramática, historia, pero me había preparado con mi madre y otra maestra.
Salvé y pude ingresar al liceo y viajaba todos los días, en ómnibus de dos empresas que había en aquel entonces».
LA ADOLESCENCIA Y MAGISTERIO
Cuando preguntamos a René si en edad liceal tuvo algún novio dijo «todo el mundo dice que esa edad es la más linda, pero para mi no lo fue, porque mi madre queriendo hacerme un bien me hacía un mal, y ella me decía, ´si yo se que tenes novio, te saco del liceo´ por lo que en ningún momento mire a algún muchachito, no tuve amigos varones y ni los miraba».
Después comencé magisterio, pero en aquel entonces no había Instituto y se preparaba en la casa y se daban los exámenes libres en Montevideo, teníamos un lindo grupo que viajábamos en tren, llevábamos algo para comer, para tomar y pasábamos precioso».
Recuerda que «casi todas las mesas examinadoras estaban en Colonia esquina Cuareim; yo era una canarita en medio de una gran ciudad, pero tenía muchas ganas de estudiar y a los 19 años ya me había recibido».
He de destacar que a los 18 años, había realizado una pasantía en una Escuela de los Tapes la Nº 77 y allí fui practicante y culminé el año pero ganaba dinero haciendo la práctica rentada.
Luego de recibirme, los primeros dos años me fui a la Escuela 16 de Villa Rosario y al tercer año me fui a Vejigas, la que quedaba a tres kilómetros de mi casa, a pesar de eso me quedaba durante toda la semana por que me encantaba y trabajé muchísimo con la comisión fomento, hicimos huerta y tantas cosas maravillosas».
MAESTRA DE VOCACIÓN
René nos dice que siempre supo que iba a ser maestra, «primero porque mis padres no podían pagarme otra carrera, pero en realidad me gustaba la química. Pero hoy pienso que si tuviera que vivir 20 vidas mas, elijo siempre magisterio, porque para mi fue de vocación».
Hice cursos de especialización rural en San José y de ahí estuve en una escuela de San Ramón en un internado, que era de varones y de niñas.
Luego elijo una escuela de granja o agraria en Los Talas Maldonado, muy cercano a Aiguá, donde hicimos tantas cosas lindas entre los padres y alumnos y se nos planteó en aquel momento que había muchos niños en cercanías del lugar que no podían acudir a la escuela, entonces hicimos un internado, donde se construyó un lugar hermoso, muchos nos donaban las camas, las madres hacían los colchones de lana, yo les cosía ropa, otra maestra tejía y tuvimos 14 alumnos internados, donde éramos como las madres de ellos».
Ahí estuvo como seis años, y considera que fue el lugar donde más creció en su profesión y pudo ayudar.
LA CASA PROPIA Y EL AMOR
René siempre dijo que quería vivir en el Barrio Olímpico, hacerse su casa con un gran terreno, por lo que un día decidió comprar un terreno y de a poco y con mucho sacrificio comenzó a construir con la ayuda de muchas personas, principalmente del gerente del Banco Hipotecario, porque «me veía joven y muy entusiasta».
Un día tuvo que viajar a Montevideo a realizar unos cursos, una tarde de mucho calor, cuando retomaba el viaje para volver, es cuando conoce a quien iba a ser su futuro esposo.
«Lo conocí en el ómnibus de regreso a casa, cuando llegamos a Minas, él ya sabía todo de mi y yo sabía todo de él. Él era de Maldonado, estaba en trámites de divorcio y tenía un hijo.
Mi marido era 9 años mayor que yo; enseguida que salió su divorcio decidimos casarnos, solo que no pude hacerlo por iglesia porque él se había casado anteriormente.
Me enamoré tanto de Darriulat que puedo decir que cada día que pasaba más me enamoraba, él se vino para Minas y puso una Rotisería – Pizzería a la que llamó «El Palacio de la Pizza».
Siempre dije que los hombres rubios y de ojos claros no me gustaban y sin embargo me enamoré de un rubio de ojos claros, que
«EL COMETIDO DE SER MADRE»
Lamentablemente perdí un embarazo de 8 meses, fue una gran tristeza para los dos.
Él estaba muy enfermo, sufría de hipertensión, había días en la que debía llamar al médico, que era Edison Beltrame y siempre iba de inmediato al local, el que se ubicaba en 25 de Mayo casi Washington Beltrán.
Vivimos muy felices, pero pocos años, 4 años juntos hasta que falleció.
Desde ahí supe que nunca más me iba a enamorar, no quería hacerlo tampoco, pero si quería tener un hijo, pero quería adoptar, hasta que mediante unas amistades llegue a tener contacto con una muchacha de Melo que cuando tuviera iba a dar su hijo.
Cuando nació viaje a las 17 de la tarde a Melo, allí me encontré con unas amigas y fui en busca de mi hija, era una nena a la que le habían puesto Andrea Fabiana.
Me la traje con todos los papeles y toda la autorización correspondiente, estaba tan feliz de tener esa niña, mis amigas me esperaban en mi casa con una gran fiesta.
No fue fácil criar una hija sola, pero lo logre de la mejor manera y siempre tuve presente que a mi hija le iba a contar la verdad, ella siempre supo que era su mama pero que no había estado en mi pancita.
«YO NO TE ELEGÍ, VOS ME ELEGISTE A MI»
Siempre le dije a mi hija Andrea «yo no te elegí, vos me elegiste a mi». Desde ese momento la felicidad llegó nuevamente a mi vida.
Seguí trabajando y criando a mi hija, hasta que llegó la dictadura, y una amiga maestra muy conocida que hoy ya no está me recomendó que me jubilara, yo militaba con el Frente Amplio, pero debo decir que jamás tuve ningún problema, a pesar de que tenía un comité instalado en mi casa. Luego de eso, decidí dedicarme a la costura, hice muchos vestidos de novia, me ayudaban algunas mujeres, que una bordaba y otra hacia los tocados.
«SOY MUY FELIZ»
Cuando le preguntamos a René si es una mujer feliz, nos dice «siempre he sido muy feliz, a pesar de tener grandes dolores, como fue el perder un hijo y también un nieto, pero gracias a dios mi hija Andrea, mi nieta Soledad y mis bisnietos que son la luz de mis ojos están siempre rodeándome.
Tuve la vida que quise, trabajé de lo que soñé, amé a un gran hombre y tuve el sueño de ser madre.
Estoy realizada en todo.
No pido mucho más a la vida, solo sigo militando en el Frente Amplio porque espero dejar un mundo mejor para mis nietos y bisnietos y los que vendrán.
Amo la política, amo mi partido y seguiré militando por el Frente Amplio y por un país mejor», finalizó.