08.01.2024 Julio Giménez: «El C.A.B.O. es el club de fútbol de mis amores»

Por Karina Núñez
Fanático del Club Barrio Olimpico desde que tiene uso de razón. Toda su vida ha vivido en el Barrio Olímpico, no sólo ama la zona y su barrio de siempre, sino que decidió estar cerca de su cuadro C.A.B.O el de la franja, primero como mascota en la niñez, jugando y desde cerca guiando y compartiendo los mejores y los no tan lindos momentos que ha debido transitar el cuadro de fútbol de sus amores.
Nuestra historia de vida, en esta oportunidad es de un vecino, Julio Giménez, quien cada vez que hace fecha del cuadro al que pertenece embandera su casa y disfruta con su familia y amigos de ese día tan especial.
En la mañana de este sábado 6 de enero entre charlas de los Reyes Magos y la llegada de los mismos, nos sentamos en la vereda de su hogar a conversar de su vida.
Julio nos contó que nació en el Barrio Olímpico, fue criado y sigue viviendo en el Barrio Olímpico.
SU NIÑEZ
Giménez nació el 21 de junio de 1966 y llegó a una familia que estaba conformada por «mis padres, nos criamos con mi hermana y teníamos tres hermanos más, pero no vivían con nosotros porque ya eran mayores, yo soy el más chico de la familia».
Concurrió a la escuela Nº7 del barrio Olímpico, y recuerda que le gustaba de niño mucho el fútbol, «nosotros nos criamos con una pelota y jugábamos en la calle, pasábamos todo el día en la calle, eran las 10 de la noche y estábamos jugando al fútbol en la calle. Siempre con el fútbol. Veníamos a la Plaza Deporte y pasábamos todo el día en la misma jugando y compartiendo con los amigos y vecinos del lugar».
HACE 35 AÑOS TRABAJA EN LA FUENTE SALUS
Cuando llegó a la adolescencia, Julio se dedicó a trabajar, «trabajaba en un camión repartiendo, con un frigorífico modelo de Montevideo,hasta que después arranqué a trabajar en el Salus en el año 1988. Hace ya un montón de años, llevo 35 años en la fuente, toda una vida trabajando».
SU PASIÓN
Cuando le preguntamos por qué surge ese amor por Barrio Olímpico, nos cuenta que «desde chico siempre íbamos con mi hermano, con Antonio, que vivíamos a una cuadra de la sede, teníamos unos 6 años y nosotros nos escapábamos de casa y nos íbamos a la sede porque hacían tortas fritas. Pasábamos la tarde ahí comiendo tortas fritas con los jugadores y ahí empezamos, nos entusiasmamos, íbamos a todos los partidos. Primero éramos las mascotas del club, después llegué a jugar en Barrio Olímpico en las inferiores, jugué en primera, estuve hasta el 86, que fue la última vez y dejé el fútbol».
Julio nos cuenta que jugaba de delantero, de 9 puntero. «Estuve también en la selección juvenil, en la selección mayor, durante un año y después dejé. Después de 5 años, desde el 2017, integro la directiva. Me invitó un compañero Emilio Suárez, cuando agarró de presidente, ahí le di una mano y después llegó Guzmán Cubas, con quien hasta ahora estamos en la directiva».







LA FAMILIA
Julio tiene una hermosa familia, se nota que son muy unidos, y cuando le preguntamos cuándo llega el amor a su vida dijo, «en el 88 conocí a mi señora, nos conocimos, y en el 90 nos juntamos. Después en el 93 nos casamos. Tengo dos hijos. Romina, que tiene 29 años, y Diego, que tiene 25 años. Los dos trabajando bien».
En el Salus, trabajaba en la parte de Fuente, en la parte de agua. «También es toda una historia ahí adentro. Conocí gente que se jubilaron, gente nueva. Estuve con compañeros de mi viejo, porque mi viejo trabajaba ahí. Se jubiló y quedé yo. Conocí gente vieja que trabajaba con mi viejo. Después, gurises que entraron conmigo. Ahora tengo los hijos de los compañeros. Tengo a mi hijo trabajando».
Para la jubilación «me quedan dos años, dos años y medio y sí, me quiero jubilar, me quiero dedicar a Barrio Olímpico de lleno, porque me encanta eso de estar en la cancha. No me pierdo ningún partido, voy cuando sea y el día que sea, lloviendo y todo. Siempre estoy».
«FELIZ Y A MI MANERA»
Nuestra última pregunta es si ha sido un hombre felíz y nos dice «a mi manera sí, mis hijos están grandes, encaminados, les di los estudios, ahora están trabajando los dos. Nos llevamos muy bien con los gurises».