Recibimos y publicamos: Tarde de bufones

Un grupo de directivos de FUS, Federación Uruguaya de la Salud, con intenciones que desconozco, manifestaron su preocupación en torno a la apertura de una nueva empresa de traslado móvil en el departamento. En ese contexto, dichas personas realizaron afirmaciones falsas, espero que por ignorancia y no por malicia…
Las mentiras
Este grupo de personas llegó a decir ante los medios presentes que “el responsable de la firma es accionista de una de las emergencias móviles que funciona desde hace tiempo en Minas, lo que a futuro puede generar la afectación de las fuentes y puestos de trabajo de las empresas UCMI Y SEM”.
Soy accionista del 25 % de UCMI, empresa de la cual jamás retiré un solo peso, y cuyo porcentaje del que soy titular he ofrecido donar – sí, donar, no vender – al resto de los socios y al sindicato en reiteradas oportunidades. Además, durante 16 años puse un capital en la propiedad y jamás retiré una sola utilidad. Incluso, puedo asegurar que administré UCMI desde el año 2004 al 2014 sin percibir un peso en compensación y le entregué al gremio, durante todo ese período, la contabilidad peso a peso de la empresa.
Siguiendo esta línea, debo indicar que entre otras declaraciones atrevidas y vergonzantes, el grupo mencionado llegó a decir que el hecho “ronda en lo ético, y que según las averiguaciones ante el Ministerio de Salud Pública, dicha empresa no habría realizado los trámites de habilitación correspondiente para poder cumplir su función”.
Todos en Minas nos conocemos. Esto ha llegado a ser una ciudad, es cierto, pero su espíritu sigue siendo el de un pueblo, y todos saben que mi vida tiene aciertos y errores, pero mi conducta ética es intachable y ningún improvisado alcanzalápices o bufón de palacio va a ponerla en tela de juicio siguiendo mandatos políticos o indicaciones de rapaces que se mantienen a la sombra: la empresa tiene la presentación correspondiente para su habilitación. El expediente es el N° 12/001/3/2241/2017, por lo cual cumple con las normas que exige la ley…
Yo soy médico. Esta ha sido la vocación más profunda que guió mi vida. Soy un hombre que ha sabido generarse su propio capital económico, pero el origen y desarrollo de dicho capital, como muchos también saben en Minas, no proviene de mi actividad como médico. Nunca viví, no vivo ni viviré de la salud, como tal vez lo hacen o pretenden hacerlo quienes están detrás de este acto ruin.
Lo que ocurre aquí es muy distinto y voy a ilustrarlo en unas pocas líneas.
La verdad
La situación económica de la empresa, por la que manifiestan preocupación, es producto de la ineptitud de quienes la administran y, como hace todo aquel que está acostumbrado a rehuir sus responsabilidades, buscan afuera culpables.
En resumen:
1) La empresa no es de Emergencias médicas, sino de traslados, por lo cual jamás podría competir con una empresa de emergencia, que requiere otros elementos y características para actuar: diferencia sustancial que este triste grupo de personas no puede desconocer.
2) La empresa sí tiene iniciado el expediente de habilitación que indica la ley.
3) Nunca viví, no vivo ni viviré de la medicina. Es mi mayor vocación y le he entregado mi vida a ella. Mi capital surge de actividades económicas desarrolladas en otros rubros.
4) ¿Hará falta que desenmascare a quienes están detrás de esta movida? ¿Serán capaces unos y otros de sostener esas patrañas delante del juez cuando los intime a ratificar sus calumnias?
Ya lo veremos: el bufón está condenado a hacer reír, aunque muchas veces porque vergüenza ajena…
Dr. Tomas Casas