27.03.2021 29 años de la noche que en Florida tocamos el cielo con las manos

Los campeones de 1992. Jugadores, cuerpo técnico y dirigentes en una imagen que quedó en la historia
Mañana se cumple un nuevo aniversario del primer título del Interior
Por Leonardo Rodríguez
Mañana se cumplirá un nuevo aniversario, el 29º, del primer título del Interior para la selección de Lavalleja. Aquel laborioso ciclo de 1991-92, que tuvo una recuperación para ser Campeón del Este, también exhibió una tremenda demostración de amor propio y convicción, para rehacerse tras ser goleado una semana atrás y en la noche decisiva, no fallar y de esa forma grabar a fuego su nombre en la historia de nuestro fútbol.
Por eso lo del título. Porque de verdad significó esa sensación, para un fútbol que había visto pasar grandes jugadores e incluso combinados con un rico potencial, que habían conquistado la región pero que no alcanzaban el sitial máximo de todo el interior. Aquella noche, Lavalleja tocó el cielo con las manos, quebró la historia y por primera vez fue Campeón del Interior.
El 1-0 en Minas y el 0-6 de Nueva Helvecia derivaron la serie al definitivo tercer partido, que se disputó el 28 de marzo de 1992 en el Estadio «Campeones Olímpicos» de Florida, escenario que lucía repleto de público, al punto tal que aseguran los floridenses que la de aquella noche fue la máxima cifra de entradas vendidas jamás superada, incluso con partidos profesionales y presencia de los clubes grandes de nuestro medio. Nunca hubo en ese Estadio tanto público como aquella gran noche, donde la selección serrana logró el anhelado y hasta allí esquivo título del Interior, con una multitud de colonienses y otra de aficionados de la «tricoserrana», en su gran mayoría minuanos pero también llegando desde otros puntos del departamento.
El Dr. Glauco Sequeira, repitió el equipo que venía de caer en Nueva Helvecia y que al salir a calentar en Florida, exhibió la bandera gigante que acompañaba en cada partido, en clara señal de la cohesión que existía entre jugadores e hinchas. El sector popular estaba desbordado, una multitud fue a acompañar la histórica chance de ser campeón del interior por primera vez en la historia.
La tribuna principal del Campeones Olímpicos se veía desde el otro sector como una marea roja. Ligas Federadas convocó hinchas de varias ciudades de Colonia y colmó su zona asignada.
Cuando el duraznense Grajales indicó el arranque del juego, se estima que unas 10 mil almas observaban con expectativa.
Lavalleja comenzó el partido con Néstor Britos; Gustavo Hernández, Jorge Romero, Adalberto Rodriguez y Ricardo Gallo; Efraín Varela, Danilo Ciocca y José Álvarez; Gerardo Cano, Gustavo Bayarres y Hebert Machín. Como mencionamos, Sequeira repitió equipo respecto al juego en Nueva Helvecia y también a la final en Minas (1-0 con gol de Gallo). En el segundo tiempo, Níver Arrigoni (64′) sustituyó a Machín y Fabián Marenales (79′) lo hizo en lugar del «Quico» Álvarez.
En tanto, Héctor Fratelli, colocó por Ligas Federadas de Colonia a Gustavo Costa; Eduardo Espinel, Juan Cabrera, Marcelo Gasco y Hugo Ricca; Daniel Méndez, Gustavo Ackerman y Fabián Cabrera; Fabiano Pereira, Luis de Olivera y Jorge Colmán. En el primer tiempo, Jorge Mansilla (36′) subrogó a Cabrera y en el complemento Johnny Maciel (76′) suplió a de Olivera.
Los 90′ culminaron sin goles, con el detalle de que Lavalleja cerró con 10 jugadores y Colonia con 9. A 20′ del final se fueron expulsados Efrain Varela en Lavalleja y Jorge Mansilla en Ligas Federadas, al tiempo que en una de las últimas acciones del partido, Grajales expulsó al arquero «rojo» Gustavo Costa. Al no disponer de más variantes, el lateral Hugo Ricca ocupó el pórtico de forma improvisada.
Ya en el alargue, a los 6′ de juego se fueron expulsados el mellizo Gustavo Hernández en Lavalleja y el volante Gustavo Ackerman en Ligas Federadas.
Con muchos espacios, gran cansancio y un enorme desgaste anímico por lo que estaba en juego, el segundo chico de alargue fue de emoción permanente. Y para los serranos, lisa y llanamente, inolvidable.
CIOCCA CON ALMA Y VIDA
El canario Danilo Ciocca abrió el camino a la gloria, en acción que hilvanaron por derecha Gerardo Cano con Fabián Marenales por derecha. El joven volante de Villa del Rosario, se soltó al ataque y con tremendo zurdazo abrió la cuenta para algarabía de los serranos. No pudo expresarlo mejor Omar René Guillén en aquella noche a través del micrófono de CW 54 Emisora del Este, al señalar que «le pegó con alma y vida».
Fue en el relato de esa conquista cuando Omar narró que Ciocca «sacó un zurdazo imparable. La pelota venció a Ricca irremediablemente y allí el team serrano comienza a ganar la Copa de Campeones, señoras, señores. Seguramente estará la Virgen, sublime del Verdún, observando el General Artigas y allá Lavalleja, sable en mano, les dice muchachos, ¡arriba que la Copa es nuestra!», con visible emoción por la magnitud de lo que estaba sucediendo.
Cuando al alargue le quedaban dos minutos, Gerardo Cano metió una diagonal, fue a buscar el pase al vacío y se tomó el instante justo para anotar el gol que desató la emoción y el festejo de los serranos y que literalmente liquidó el partido.
LOS INSTANTES FINALES
Para los aficionados al deporte y a las emisiones radiales, el archivo de aquella definición narrada por Omar René Guillén en CW 54 es de un tremendo valor. En el cierre del juego, con la voz ya invadida por la emoción, tras una noche de 120′ de fútbol y una montaña rusa de emociones, narraba Omar «se va a terminar el partido. Y hay hombres enormes en nuestro fútbol como Bengochea, Gastambide, Walter Montero, ‘el Turco Gilene’, que se yo… esa trilla de hombres que están viviendo una emoción tremenda en lo que es la conquista del Torneo de Campeones, con un equipo modestísimo, pero con un alma, un tesón y una vergüenza realmente admirable». Mientras intercalaba su trabajo con el de Oscar Ruben Machín, el locutor comercial, el relator continuó afirmando que «aquí termina la historia del Campeonato de Campeones. Después de la derrota aplastante del sábado pasado, con gran temple, con vergüenza y con una fortaleza física realmente admirable, el equipo minuano se rehízo. Hoy demostró que era mejor, al cabo de 90 minutos debiera haber ganado. No lo hizo, pero si en el alargue gana por 2 a 0».
Guillén anunciaba el instante final. «Va a sonar el silbato, señoras, señores. El conjunto de Lavalleja va a ser el Campeón de Campeones. Acomoda la pelota Britos. Viene el saque de meta. Va a terminar Grajales, observa el cronómetro. Señoras, señores, TERMINÓ EL PARTIDO. ¡LAVALLEJA GANÓ EL PARTIDO!» y en ese momento, las voces se cruzan, dificultando poder descifrar que se está emitiendo por el micrófono. Igualmente volvió Omar para contar que «aquí en el Estadio, estamos todos emocionados, con amigos y compañeros. ¡Nos vamos a Paraguay! LAVALLEJA ES EL CAMPEÓN SEÑORAS Y SEÑORES, ganó en forma absolutamente justa por 2 a 0».
Fue un triunfo de puños apretados, de ojos llenos de lágrimas. De tener la sensación de tocar el cielo con las manos. De quebrar la historia. Y de festejo largo, con una caravana kilométrica que acompañó a los futbolistas y con una multitud que los recibió en plena madrugada minuana.
Tan lejos en el tiempo y tan vigente en las retinas de los que allí estuvimos y del más grato recuerdo de nuestro deporte. Campeón de Campeones. Sufriendo y disfrutando.

EL PLANTEL CAMPEÓN
El plantel del seleccionado que desde diciembre de 1991 disputó el Campeonato del Este y que obtuvo los dos galardones, el de la región y el del Interior, estuvo integrado por Néstor Britos, Roberto Alayón, Adalberto Rodríguez, Jesús Medina, Jorge Romero, Omar Correa, Gustavo Hernández, Ricardo Gallo, Fabio González, Efraín Varela, Hebert Machin, Danilo Ciocca, Niver Arrigoni, José Alvarez, Fabián Marenales, Gerardo Cano, Gustavo Bayarres, Ariel Corbo, Alberto Cesar, Jorge Fernández y Hugo Díaz. El técnico fue el Dr. Glauco Sequeira y el preparador físico, el Prof. Federico Marchesano. Miguel Diano fue el ayudante de campo. Trabajaron como kinesiólogos Asunción Martínez y Jorge López. El equipier era Pedro Cardinal. Actuó como delegado Carlos Melgar Acosta. La Liga Minuana era presidida por el Dr. Juan Carlos Rey, a quien acompañaban en el cuerpo de neutrales Luis «Quito» Luzardo, vicepresidente, Enrique Di Marco, Secretario, Alfredo Melgar, tesorero, y los vocales Walter Méndez y Oscar Conti.