19.04.2021 Luis Humberto Correa: mimbrero por oficio y tradición

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Luis Humberto Correa mimbrero por oficio y tradición 3

Por Karina Núñez

En el barrio Las Pitas de la ciudad de Minas, desde hace muchos años vive el Sr. Correa, así lo conocemos quienes hemos vivido cerca. Es mimbrero de oficio, sabemos que durante muchos años realizaba estos trabajos y expone en el frente de su hogar, ubicado en la calle Héctor Leis esquina Pérez Foucarde.Hoy en nuestra historia de vida quisimos dar a conocer este hermoso oficio del que seguramente en nuestro hogar se cuente con algo de mimbre ya sea como adorno, como utensilio de la casa o un mueble. Luis Humberto Correa nació el 21 de abril 1955 en la ciudad de Minas en el Barrio Libran, en una familia numerosa conformada por 14 hermanos y sus padres.Eran tiempos de mucha pobreza y desde siempre toda su familia tuvo la profesión de mimbreros, desde sus abuelos hasta él, que aún lo sigue ejerciendo.

Correa concurrió a la Escuela Nº 2 de nuestra ciudad y cuando tenía alrededor de 10 o 12 años se mudaron a Punta del Este donde su papá construyó una casita y ahí comenzó a trabajar, viviendo en el barrio La Pastora en la Parada 3.El oficio lo aprendió con sus abuelos y sus padres, y recordó que cuando eran niños, el padre los sentaba en fila a él y sus hermanos y los ponían a hacer canastas.

EL PROCESO

El oficio de mimbrero no es fácil y lleva todo un arte realizarlo, el mimbre que sale del sauce, que debe ir a buscar a las costas de los arroyos, aunque en otras oportunidades lo compraba en Pando o en Montevideo, pero «están muy caros y por eso acudo a los lugares donde se encuentra».

El proceso es variado, pero siempre hay que cocinarlos durante 4 horas en un tanque de agua, y por ese motivo se debe invertir en leña para el fuego», ya que Correa tiene un tanque de 600 litros en el fondo.

Después de ello, «se puede pelar y se debe dejar dos o tres días al sol, y para trabajarlo hay que mojarlo nuevamente quedando flexible». También mencionó que está el mimbre crudo, «que se pela cuando se arranca del árbol, por lo general en verano, y se debe dejar secar».

Correa cuenta con unas máquinas en su taller, que al consultarlo dijo que son para pasar el mimbre para refinarlo y que quede flexible. «Se logran hacer muchas cosas, desde muebles hasta cosas infinitas, pero cuando le solicitan muebles hoy día es difícil poder aceptar, porque no hay mucho mimbre y se necesita bastante. Hay diferentes técnicas, distintos entramados, aunque, por lo general, se conoce el más clásico», afirmó.

«LOS OFICIOS VAN DECAYENDO»

Correa consideró que «los oficios todos van decayendo y el de mimbrero no escapa a esa realidad».

Nuestro entrevistado tiene 4 hijos y ninguno de ellos siguió el oficio, si bien conocen del trabajo, su hija mayor es la que más ha realizado trabajos en mimbre.

Hoy está jubilado de la UTE pero siempre hizo este trabajo, ya que recordó que su padre fue quien inició la feria de Punta del Este y siempre estuvo concurriendo a ese lugar, como también hasta que se podía concurría a la feria de los domingos en Minas.

Al consultarlo si se paga bien las artesanías en mimbre, expresó que «considero que para la labor que lleva, no es bien pago, pero tampoco se puede competir con las cosas que vienen de China, siempre trato de poner barato el trabajo para poder venderlo, porque se está en momentos difíciles para la venta».

LOS TRABAJOS Y PEDIDOS

Lo que más se compra son canastas, bandejas, casitas para perros o gatos,  pero también le solicitan diversas cosas, por ejemplo, en su taller, tenía varias canastas de diferentes modelos, donde unas cuantas eran de encargo para un restaurante para colocar encima de la mesa con el pan y otras cosas.

También pudimos observar un respaldo de cama hermoso, floreros y una variedad de cosas, todos los trabajos súper prolijos y de excelente realización, además nos mostró un regalo que le había realizado a su madre, que al fallecer le quedó para él, y era la capilla del Cerro del Verdún, una maravilla realmente.

Al preguntarle cuánto tiempo demora en hacer un trabajo, explicó que «en una canasta chica por ejemplo, me lleva alrededor de 3 o 4 horas, según el tipo de trabajo a realizar».

UNA FORMA DE VIDA

Hasta que la vida se lo permita, dijo que trabajará el mimbre, es una forma de vivir también, además de ser una tradición de familia y recordó que su padre trabajó hasta los 95 años, al igual que su madre que también se dedicó toda su vida al oficio. Sus hermanos también son mimbreros, y «aunque tengan otro trabajo, no lo dejan, porque es tradición de familia», aseguró.

Para complementar este oficio que hoy en día no da para vivir, está con uno de sus hijos trabajando con la realización de macetas y jardineras de hormigón, siendo un ingreso más para el diario vivir. También lo harán por encargue y del tamaño que el cliente necesite.

Cabe destacar que un mueble de mimbre (madera dulce) puede durar 10 años o más y se considera que no es un objeto caro aunque así lo parezca. Además, hay que tener en cuenta que insume un trabajo manual. Se puede dejar a la intemperie, pero hay que cuidarlo de la humedad y del sol.

Pero si el mueble o artesanía va a estar adentro, pueden durar muchos años, Correa comentó que hay clientes que le cuentan que el Moisés del primer hijo con más de 30 años ha pasado generación tras generación y sigue intacto, lo cual significa que es un material que perdura en el tiempo si es bien cuidado.

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