13.03.2019 RUBERLIK IHITZ FANTONI, UN CINCO DE AQUELLOS

Un anticipo, un cambio de frente, un quite sin tocar al rival. Una pelota muerta en el pie( en cualquiera) o con el pecho, el lujo en la mitad de la cancha. No correr tanto pero jugar mucho, saber por dónde viene la “guiñada”, y dónde está el compañero mejor ubicado. El pelo hacia atrás pero una parte del mismo se le venía sobre la frente y le hacía como un gancho. Era el viejo y querido “centro haz” como se le pronunciaba en el viejo Parque Artigas por los hinchas violetas, el Nº 5 en la espalda lo identificaba antes de comenzar el juego, luego todos sabían quién era, porque lo demostraba con toda su clase. La pucha! Que jugador!, de esos fenómenos que aparecen cada tanto, ahora menos, claro está. Todo clase para jugar, cuando lo hacía eran expresiones casi que diríamos “cristianas”. No le importaba la publicidad, el elogio, tanto le daba, sólo sonreía cuando se le decía “fuiste el mejor hoy” y porqué no también ayer! Terminado el Partido y luego de la ducha reparadora, la cantina del escenario violeta, sí, allí era el lugar más seguro de encontrar a este fenómeno del fútbol. Ruberlik Ihitz Fantoni, el popular “Pirincholo” para muchos y para todos, porque verlo jugar era una delicia. Integrante de una familia de estupendos jugadores en líneas generales. Roberto Nº 9 fuerza, buen salto para el juego aéreo, y clara definición ante el arquero rival. Néstor Ulises marcador lateral por lo general de esos que juegan tranqui, aplicados a la marcha y también con el instinto ofensivo. Luis, fallecido hace algunos años, notable Nº 10, siendo juvenil ya pintó con la marca Ihitz, pero lamentablemente muy joven dejó este mundo y ahora seguramente su hermano estará muy cerca por cuanto el 5 y el 10 tienen en el juego una conexión muy especial y habrá que demostrar allí lo que saben desde lo terrenal al cielo. Nuestra garganta supo explotar en mil ocasiones cuando Ruberlik tomaba la pelota en el medio y hacía de las suyas con sutileza y calidad para el deleite de la vista y la emoción traducida en palabras que nunca alcanzaron de nuestra parte para pintar esa jugada mágica, que nacía en el instante justo e inesperado para los rivales y para el público. Ahora el destino, le hizo seguramente perder el momento justo y la distancia por el tiempo pasado, y quiso el momento que esa equivocación del crack le hiciera perder la vida. Allí, cerca de su lugar, quedó sellada su existencia terrenal e irá en busca del más allá, para que quienes le conocieron y se fueron antes sigan disfrutando de su excelsa calidad futbolística y gozando de los amagues que eran eso y nada más, pero suficientes como para quedarse con la pelota y el rival por el piso. Gracias Ruberlik por lo que entregaste en la vida deportiva a tu gente y a todos quiénes llevamos el fútbol como algo innato. El fútbol es cultura, es así, una expresión de arte, belleza y goles. Humilde, sencillo, de poca conversa. Hombre de mostrador como decía, callado, observador, amigo de sus amigos en esas ruedas con un principio pero con desconocido fin. Que haya paz en tu tumba, y que el manto de la resignación llegue a sus hermanos y familia