24.05.2019 El recuerdo de un canillita – Ramón Romero

Por Karina Núñez
El 26 de mayo se conmemora el día del canillita en Uruguay. La fecha corresponde al día de la muerte de Adrián Troitiño, fundador del sindicato de canillitas del Uruguay.
El Día del Canillita es en conmemoración al día de la muerte de Florencio Sánchez.
Un canillita es un vendedor callejero de periódicos y revistas.
Se considera que esta denominación surge debido a la repercusión del sainete «Canillita» de Florencio Sánchez.
La obra recrea la situación de un niño de unos 15 años aproximadamente, que trabaja vendiendo periódicos en la calle para mantener a sus padres, y que es tal su pobreza que tiene unos pantalones relativamente nuevos» que le han quedado cortos al crecer el personaje en su adolescencia mostrando así las «canillas».
La palabra «canillita» es entonces un lunfardismo que ha pasado a ser parte del idioma habitual de Argentina, Uruguay y Chile, inicialmente denominaba a los menores que vendían periódicos callejeramente, luego a cualquier vendedor callejero de periódicos cualquiera fuera su edad (desde fines de s. XX los vendedores callejeros de periódicos casi han desaparecido totalmente por diversos motivos) y se ha trasladado el término «canillita» a los vendedores de periódicos y revistas fijos en puestos o «quioscos» de ventas de diarios y revistas.
EN MINAS Y EN HOMENAJE
Ramón Romero, tiene 80 años, anécdotas y muchas vivencias que decidió contar a Diario «La Unión» entre charlas, risas, historias y demás.
Ramón vive en Minas, pero durante su niñez vivió en Gaetán, en la 4ta Sección de Lavalleja hizo trabajo de campo, también vivió en Montevideo donde hizo de todo, trabajó carpiendo viñas en Melilla, fue mozo de bar en Colón, Pocitos y en Tristán Narvaja, fue pistero en una estación de servicio y más.
Pero allá en el año 1974 aproximadamente, Ramón se convierte en Canillita, era plena dictadura y eran los tiempos donde se compraba la parada de diario y desde ahí por más de 25 años se dedicó a ser el Canillita, al que le decían «Bulevar».
El canillita, vendía a través del grito, recuerda que los diarios más vendidos en aquella época eran «El Día» y «El País».
Es un trabajo muy exigido, muy dedicado y sufrido, porque a las 2 de la madrugada ya había que ir a buscarlos para comenzar a armar, levantándose primeramente en Plaza Independencia y después se pasó a una sucursal en Ciudad Vieja cerca del Banco Central.
Cada canillita debía pagar cada diario y dijo Ramón no recordar cuantos se vendían por día, porque «era relativo; el día de lluvia, vendía mucho más, porque no había muchas distracciones y si era domingo mejor aún».
El diario dejaba mucha ganancia dijo, alrededor de 40 % de ganancia, «pero había que venderlo». Durante toda la mañana se corría, con las claves de venta, en ómnibus, Tranvías, en centros médicos, entre otros, pero cada uno tenía su lugar para vender.
CON CAJA DE AUXILIO
Destacó que existía la Caja de Auxilio, que refería a como si fuera una cooperativa o sindicato, «ya fuera que se vendiera 7 diarios, o 100 diarios por día», tenían los mismos derechos el canillita y su familia, sin pagar ticket, ni orden para ver médico, dentista, y demás.
Fue la única Caja de Auxilio que inició, y que este domingo 26 de mayo se recuerda el día del canillita.
EL MONUMENTO
También señaló la colocación del monumento al Canillita, el que fue colocado en Colonia y Eduardo Acevedo, frente al Banco de Previsión Social, y quien hizo uso de la palabra en ese momento el Presidente del Sindicato.
Al ser dictadura, se dejó hablar muy poco, «creo que dos renglones», «después de ahí nos dirigimos al cementerio a llevar una flor a Troitiño, y fuimos seguidos por 40 militares en particular», recordó.
Destacó que con el sindicato se hizo mucha cosa, se pudo comprar varias sucursales, donde se armaban los diarios y revistas, las cuales muchas llegaban de Argentina.
«LA GENTE LEÍA MÁS»
Ramón consideró que en aquellos años se leía mucho más, «hoy en día la gente ni lee, hay más entretenimientos que la gente utiliza».
Se vendía bien, se ganaba bien, pero había que meter mucha pata, había que vender y moverse, afirmó.
Entre charla y anécdotas, pasó un buen rato de la tarde, con Ramón y su señora con muchos recuerdos.
Hoy «La Unión» quiere, en nombre de Ramón Romero, brindar un homenaje a todos quienes fueron y son canillitas, aquellos que su sustento de la familia salió de la venta de diarios.
¡¡¡¡Salud compañeros!!!!