01.06.2020 Los mejores amigos: la situación de los perros en Lavalleja
Los perros y las personas son compañeros desde hace miles de años. Los primeros perros domésticos existieron alrededor de hace treinta mil años. Asimismo los primeros restos fósiles encontrados de perros enterrados junto a humanos fueron encontrados en Israel y se calcula que permanecieron en el lugar por doce mil años.
El tamaño de los canes suele ser variado. La raza más alta es el galgo irlandés, con una altura de entre 71 y 90 centímetros, aunque hay algunos ejemplares de gran danés que superan esta medida. Por contraparte, los más pequeños son los chihuahuas, midiendo de 15 a 30 centímetros en la cruz.
Los más livianos también son los chihuahuas, con un peso entre 1,5 y 3 kilos, aunque algunos no pesan más de 500 gramos. Por otra parte, los más grandes son los mastines ingleses y los san bernardos, pudiendo llegar hasta los 80 kilos.
Lavalleja
En el departamento, antes del último censo (2011) se contabilizaban alrededor de un perro cada tres personas, mientras que luego la cifra pasó a ser de un perro cada dos.
El veterinario de Zoonosis, Dr. José María Lete, destacó la situación del departamento de Lavalleja sobre el control de la población canina en comparación con departamentos de la región.
«En otros lugares es caótico en cuanto a número de perros, incidentes de tránsito, mordidas. Es horrible en los otros lugares, me considero una persona privilegiada por vivir acá», comentó y subrayó el buen trabajo que realizan las protectoras y autoridades. «Por suerte no tenemos el desastre por ejemplo que hay en Maldonado», sostuvo.
Por su parte el veterinario mencionó que en Zoonosis «se hace dosificación mensual de caninos tanto a nivel de ciudad como a nivel rural. Zoonosis es un ente que se creó en principio por la lucha contra la hidatidosis, después se agregaron otras enfermedades. Nosotros entregamos dosificación mensual para mantenernos en este bajo porcentaje que tenemos de esta enfermedad, el quiste hidático».
Otra tarea importante que realiza el ente es la castración de perros que actualmente se hace mediante agenda con turno para evitar la aglomeración de gente en tiempos de la pandemia por el coronavirus Covid-19.
También en materia de castración, otro agente que aparece es la Intendencia Departamental de Lavalleja. «Desde hace seis años venimos realizando castraciones en apoyo a Zoonosis, siendo el motivo de ayudar ya que no daba abasto, estaban bajando la cantidad de castraciones que se hacían y nosotros como apoyo desde la Intendencia salimos a plantear un plan de castraciones, donde se hacía en aquel momento una jornada por semana, con la atención de 20 perros aproximadamente, castrando alrededor de 80 y 100 perros por mes y se hacía por los diferentes barrios y en localidades del departamento», expresó el veterinario de la IDL Dr. Daniel Alzugaray.
Trabajo silencioso
Alzugaray señaló que «siempre se apuntó a cubrir aquella población de perros cuyo dueño no podía acceder a una castración en una clínica. Al principio se hizo un trabajo junto con las ONG, por el tema de que había concientizar a la gente, buscando un lugar apropiado en cada barrio, ya sea un centro de barrio, un club de fútbol, un club deportivo o alguna casa, y así se comenzó con el tema. Con el tiempo y teniendo buenos resultados, ya que la concientización fue excelente, porque la misma gente era quien solicitaba castrar y se anotaban, pero siempre se hizo con referente de cada barrio, ya sea el comerciante, un vecino, para que ellos inscribieran y de esa manera trajeran al perro».
El veterinario subrayó que «luego de 3 o 4 años de realizar eso había un número importante de perros castrados y muchas veces la gente de las ONG, que siempre son muy activos, como SOS Caninos, quienes rescataban perros de diferentes lugares y las llevaban a la jornada, se empezó a ver que muchos ya estaban castrados, por lo que era bueno síntoma, pero pasó muchísimas veces».
«Después se comenzó a trabajar con COTRIBA, con el tema de los chips y se hizo un convenio donde todo perro que se fuera a castrar había que colocarle el chip, comenzando hace alrededor de 2 años. Ahí se agregaban los datos de la persona, del propietario del perro, donde se manda al Ministerio y el Ministerio es quien se encarga de subir los datos, por lo que ahora como ya también hay muchos chipiados, y llegan en alguna ocasión a las jornadas de castración, se les pasa la chipeadora y ahí se sabe si está castrado o no el animal», detalló el veterinario.
Perros callejeros
Alzugaray coincidió con Lete en la baja cantidad de población canina en las calles del departamento. «Muchas personas que vienen de otros lado dicen que acá en Minas no se ven perros en la calle, lo que es más que importante para nosotros, cada vez que nos destacan eso con respecto a otros departamentos, pero sabemos que se ha hecho un gran trabajo, pero es muy lento y silencioso, pero hay que mantenerlo en el tiempo», sostuvo
También aseguró, que quizás además de las castraciones realizadas, también puede ser un tema de conciencia y responsabilidad de los propietarios.
Con respecto a las enfermedades que transmiten los perros, dijo que «se trabajó fuerte desde zoonosis desde hace años, por suerte la leishmaniasis no ha llegado al departamento y es muy bueno».
Incansables
En el departamento funcionan varios refugios de animales donde apoyan a animales en situación de abandono.
Valentín Hernández, es el responsable del Refugio Animales Amigos, y recordó que si bien trabaja con animales que están en su casa «también lo hago con otros que están diseminados por otros lados y reciben la misma atención en alimentación y demás cuidados».
Hernández dijo que la situación por la pandemia «no es complicada porque hago la tarea con las correspondientes medidas. Los animales están bien, pero al igual que las personas, sufren también los efectos de la cuarentena, extrañan los habituales paseos por el campo que a modo de recreación lo hacíamos seguido».
Para ayudar a los animales «cuento con la ayuda de un veterinario amigo que solo me cobra lo indispensable por castrar animales, acción que lo hago de manera semanal ya que creo sinceramente que esto no se termina acá. En el tema de los animales hay que seguir mucho más y la gente tiene que involucrarse mucho más ya que hay una reproducción muy rápida».
Hernández coincidió en que el número de perros en la calle bajó «debido a que la gente ha tomado conciencia, especialmente en lo que significa la castración. Al respecto hay gente que está en lo mismo pero que cada uno por su lado en definitiva continúa luchando por el mismo propósito».
«De igual modo no se toman medidas en contra de quienes hacen tener crías para después venderlos, en cualquier lugar y por cualquier sitio sin autorización o control alguno, y es sabido que existen casos que muchos de esos animales terminan en la calle», afirmó.
Al refugio «lo sostengo de mi bolsillo, más allá de que por otro lado cuento con la colaboración de unos 10 socios o colaboradores que aportan con un poco que me sirve para gastos que se dividen entre la alimentación, las vacunas y remedios que en ocasiones hay que comprar. Es cierto que por la situación a la que estamos expuestos ha aumentado considerablemente la adopción de mascotas, tema que considero es muy compleja. Por más ganas que se tenga, no todos están en condiciones de recibir un animalito».
Ayuda a los abandonados
Blanca Machín responsable de la Asociación Ángeles sin Voz, contó que a diario y al menos por 3 horas «me ocupo de unos 16 canes que están albergados en un predio arrendado y que está destinado justamente al cuidado de perros que han sido abandonados, maltratados o que en algún momento resultaron ser callejeros. Me acompañan otras mujeres que desde diferentes lugares desarrollan sus cualidades de seres solidarios, que al igual que yo y ante todas las adversidades persiguen el mismo sueño, que cada vez haya menos animales abandonados y maltratados».
La activista relató que se dedican a «cuidar y rehabilitar a esos animales para luego poder entregarlos en adopción en óptimas condiciones, pero además, queriendo concientizar a las personas e instituciones lo delicado de una temática que conjuga al dolor con la tristeza y la solidaridad con la simpatía».
Machín señaló que para ayudar a estos animales «como única opción nos queda arrendar un campo, en un precio accesible y en el cual incluso por su buena voluntad, el dueño colabora haciéndose cargo del acondicionamiento del predio en tareas como el corte de pasto. Una vez acondicionado el sitio se trasladaron todos los animalitos a lugares separados con el fin de ubicar a 2 de ellos por espacio y evitar así las peleas entre ellos. Es un trabajo silencioso que se hace con la ayuda de muchas personas, pero de a poco tratamos que estos animales abandonados puedan tener una vida digna o buscar un hogar».
Por amor
Zulma Gualco es otra de las personas que brinda su solidaridad con los amigos peludos. «En este momento con el conteo de un año tenemos 125 perros, más la entrada del año nuevo donde se suman muchos perros cachorros que nos dejan. En este momento estamos en crisis en el refugio. No podemos tomar más animales porque no entra un alfiler, esa es la situación, su estructura y las personas que trabajamos que somos dos, mi hijo y yo, no sumamos gente para trabajar», señaló.
La responsable del refugio mencionó que a pesar de las adopciones «siempre es más la entrada que la salida porque la gente no adopta en un refugio porque piensan que están flacos, que tienen sarna, que no hay de razas. La gente que puede directamente los compra, entonces no van al refugio, porque no es por amor, yo el refugio lo tengo por amor no como negocio. La gente que tiene dinero compra un perro porque tiene plata, no porque quiere realmente al animal, porque si quieres un animal todos tienen cuatro patas, cabeza, cola, todos ladran, tienen buenos sentimientos. Los animales se manejan con sentimiento, tienen un agradecimiento, sentimiento en la mirada no precisa que se levanten, ni que te muevan la cola, tienen sentimientos como nosotros, ellos tiene hambre como nosotros, frío como nosotros y si les pega les duele también, y si se mueren sin comer lo sufren también como nosotros».
Apoyo económico
Gualco comentó que «Adriana Peña me ayuda con el pago del empleado y dos bolsones de comida por mes, siempre ha colaborado conmigo, después dos de Nancy, dos de Malva, dos de Gabriela, me dejan 8 bolsas al mes, desde que me fui a Cancha de Central nunca pedí nada, cuando pido es porque realmente estamos en crisis y yo con 8 bolsas de alimentos de estos colaboradores que los tengo hace 14 años atrás me manejo con ellos, nunca hay beneficios para este refugio».
«Tenía una entrada del Parque de UTE que la consiguió Bentos cuando estuvo de Director de Desarrollo Agropecuario, donde me dejaban la comida del parque y me solucionó muchísimo, me dejaban 1.000 kilos donde nosotros nos encargamos de sacar lo que no servía y se sacaba unos 500 kilos, pero con esta crisis apenas 5 bolsas me llegaron y son cascaras y ahí entramos en crisis. No quiero que entre la jauría, el desespero de querer comer porque me puede pasar, vengo pensando eso, los perros no están mal, pero ahora están necesitados comen día por medio con lo que tengo hoy día. Zoonosis siempre me dio el apoyo José Lete, Glauco Sequeira son gente muy bien al igual que la IDL, pero controlo los animales yo, y los perros están bien, tengo más del 50% del refugio con perros de más de 10 años», relató.
El refugio funciona desde hace quince años. «Esto para mí ha sido maravilloso, mira yo iba a poner una casa de salud y sin embargo mira terminé en salud animal. Empecé por mi cuenta, cargaba pastillitas, arroz, repartía en la rambla, y tuve encuentros muy feos, animales pegados sin comer, perros quebrados, crías, con calles llenas de perros. Tengo en todo esto un referente muy grande que es uno de mis hijos, Santiago Ghan Gualco, hace muy buena tarea, en un refugio al menos debe haber 6 personas divididas en dos turnos, y aquí somos dos», manifestó.
«Para aquellos que quieran colaborar, podrán en la puerta del refugio concurrir a realizar la entrega, está ubicado frente a Cancha de Las Delicias, ingresan en la portera tres cuadras para adentro, estamos de 8 a 15 horas», concluyó Gualco.