24.11.2020 En el Día del Veterinario homenajeamos a todos quienes dan lo mejor de sí por nuestras mascotas

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daniel alzugaray

Por Karina Núñez

Cada 23 de noviembre en nuestro país se conmemora el día del veterinario, quien sin duda llega a la profesión es por amor a los animales y con el único cometido de que tengan una vida digna y con salud. Los veterinarios diagnostican y tratan a los animales enfermos y heridos. También previenen la enfermedad y la mala salud, por ejemplo mediante vacunaciones y prestando asesoramiento a los propietarios. Algunos veterinarios se especializan en animales domésticos, ganado, caballos y animales de zoológico.

Hoy en este día especial, enviando un saludo a todos los veterinarios de nuestro departamento,y dando las gracias infinitas por todo lo que hacen por nuestras mascotas en particular, los homenajeamos a través de nuestras páginas.

VETERINARIO DE VOCACIÓN

Diario La Unión conversó con el Médico Veterinario Daniel Alzugaray sobre esta vocación. Alzugaray es veterinario de alma, se recibió hace muchos años y también brinda sus servicios desde la Intendencia departamental, por eso es que estuvimos en el Parque Rodó, donde los animales de allí son atendidos con mucho cariño por este profesional, siempre buscando lo mejor para ellos.

«Realmente lo heredé: nací ya sabiendo lo que iba a ser y nunca me lo plantee. Es algo que se siente, que lo llevo en la sangre, vengo de familia y somos 6 veterinarios en la familia y tengo grandes maestros que me hicieron amar esta profesión, primero mi tío Ismael Alzugaray, excelente veterinario y la mejor persona que conocí. Además de niño tuve a un gran vecino de veterinario «Titi» Lados, el lugar a donde iba a jugar cuando era chico, y donde veía trabajar un veterinario, y el venir a Minas, era venir a visitar a mi tío en la veterinaria, y juro que me quedó grabado ese olor, el olor a la veterinaria, y ese es el olor que quiero que me sientan. Aunque a veces molesta a los más cercanos, pero era una gran sensación sentir eso en aquel lugar», rememoró sobre el origen de su vocación.

GRANDES MAESTROS

Cuando era niño jugaba a ser veterinario, «jugaba con animales, y jugaba a hacer animales con plastilina, chicles y a todos les llamaba la atención lo detallista que era en esas creaciones. Luego la vida me llevó a trabajar junto al Dr. Aldo Pérez Riera un gran maestro para mi como veterinario y como persona y después en la familia se fueron sumando más profesionales como Carolina que hoy ya no está, Irene y Lucía que son dos sobrinas y Carlos un primo, por lo que somos unos cuantos en la familia y quizás más adelante venga algún otro. Es que sin duda es una pasión que se nace y se siente y que siempre digo que nací para esto», relató.

29 AÑOS DE PROFESIÓN

El próximo 13 de diciembre hace 29 años que se recibió de esta profesión que tantas satisfacciones le ha dado a lo largo de su vida. 29 años que se ha dedicado con todo el corazón y nunca se planteó la posibilidad de no ser aquello que tanto anhelaba.

Sin duda que «llegar a Facultad no fue nada fácil, fui a la escuela rural, luego con muchas dificultades hice el liceo, pero cuando llegué a la Facultad en ningún momento pensé en abandonar», sostuvo el profesional.

«ME HAN LLEGADO A DECIR QUE ME LLEVO MEJOR CON LOS ANIMALES….»

Al hacerle referencia sobre la gente y los animales dijo que «prefiero que no se humanicen los animales, los animales deben ser tratados como tal, no como bichos que es otra cosa, si darles el lugar, observarlos, convivir, escucharlos, conocer, en todos los animales, desde caballos, vacas, perros, gatos, etc.

Me han llegado a decir que me llevo mejor con los animales que con la gente, lo que tomo con mucho orgullo, nunca con desprecio, porque seguramente es así».

Es más, afirmó que «a veces me sucede con mi familia donde hay momentos que no entienden que mis tiempos marquen esas cosas. Este domingo, por ejemplo me pasó una de esas anécdotas, el jueves pasado realicé una operación y me avisan el domingo a la tarde que la perra se había sacado los puntos y no pude con la condición y me terminé viniendo a Minas, a pesar de que estaba lejos, pero eso se siente y nace desde lo más profundo, solo el que lo siente sabe lo que es, a pesar de que arruine el domingo en mi familia, pero siempre he sido así, no puedo separarme de esas cosas».

EL ANIMAL ES ANIMAL

Cuando habló de humanizar se refirió a que «en la mayoría de los casos, se da con los perros, donde la gente quiere llevarlos a vivir como humanos y es imposible. Se le quita el espacio al perro o mascota y a veces se olvidan que es un animal. Es muy bueno que lo quieran y le den todo el cariño, todo es entendible, porque los animales entienden todo, pero ellos son animales, debemos entenderlo creando el mejor vínculo entre el hombre y el animal».

OTRAS ÉPOCAS

En relación al trato con colegas, Alzugaray, recordó que la «época de estudiantes sin duda para mi fue la más linda, conocí grandes hermanos, con los cuales hasta el día de hoy nos tratamos, nos compartimos experiencias y nos consultamos cada cosa, uno debe tener eso de que si no sabe de tal situación, debe consultar. La gran mayoría de los colegas tienen una gran relación, aunque noto que todo está cambiando y lo veo por mis sobrinas hoy, quizás hoy puede existir un poco más de competencia, más celos, antes no existía eso, porque nos apoyamos en todo. Siempre debemos preguntar, porque lo peor que nos puede pasar es perder la situación frente a un animal.

En mi caso siempre pongo todo de mí y toda mi energía para hacerlo, por eso antes de quedarme limitado ante una situación llamo a colegas que puedan darme una mano para salvarlo, dejando siempre todo de lado, hasta la parte económica, a pesar de que uno debe vivir, pero eso lo mamé con mis maestros, Tití Lados y Aldo Pérez Riera que hacían las cosas por vocación».

Le hicimos referencia a que es su trabajo y como tal necesita del dinero para vivir, y Alzugaray afirmó que «asumo que es una materia pendiente en mi, porque no sé cobrar y llevo tirones de orejas todos los días, pero realmente lo vivo y lo siento así».

LA INTENDENCIA

El médico veterinario lleva 20 años dentro de la Intendencia de Lavalleja también desarrollando su labor. «Inicié en la Oficina de Desarrollo Agropecuario, soy hijo de productores rurales, me crié dentro de pequeños productores y sin duda era una época muy difícil cuando ingresé junto a Aldo Pérez Riera que se me planteó trabajar con los pequeños productores y eso hacía que estuviera en mi salsa trabajando con esa gente que tanto me gusta. Luego fue cambiando la situación, comienzo a trabajar en el Parque Rodó, también en el tema de cirugías y castraciones, lo que también me gusta muchísimo y trato de mejorar día a día. Mucho se ha logrado en los barrios con diversas personas que colaboran con la Intendencia y que lo que más nos une es el poder mejorar y pensar siempre en los animales», expresó.

LOS MEJORES MOMENTOS

Alzugaray reflexionó sobre «los momentos más lindos son lo he vivido en esto, en mi profesión, y el momento cuando pierdo y me olvido de todo es cuando estoy frente a un caso, ya sea una vaca, caballo, perro, pero ahí es cuando pongo toda mi energía, pero de ahí no me saca nadie, ninguna situación, ni mi cumpleaños, que durante muchas veces debí trabajar ese día, pero si estoy, siempre podrán contar conmigo».

Luego admitió que «si sale bien lo que uno hizo es doble satisfacción, pero si llega el golpe, es duro, porque uno puso todo lo mejor de sí, y es cuando se comienza a pensar que podría haber hecho y no hice. Es siempre igual, con dos caminos, pero uno debe tomar la decisión en ese momento».

Sus hijos no siguieron los pasos de Alzugaray pero quizás su nieto pueda hacerlo, por eso le preguntamos si le gustaría que siguiera la carrera, a lo que respondió que «si le gusta a él, me encantaría que lo fuera, pero no quiero presionar, porque a veces noto que siento demasiado mi profesión, quiero que elija por vocación, eso sí me hará más feliz aún».

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