17.12.2020 44 años al frente de un emblema de Lavalleja: Hotel y Parador Salus

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Julio César Gutiérrez

Julio César Gutiérrez

Por Rodrigo Guillén

Hoy un emblemático parador de nuestro departamento será rematado, un lugar que vio pasar un sinfín de gente que trabajó en él, que recibió autoridades nacionales, artistas de nuestro país y el extranjero, público de todas partes del mundo al menos una vez disfrutaron de ese hotel y parador. Hoy será subastado en Montevideo a la hora 11 por el Estudio Dante & Gustavo Iocco en calle Rincón 408 en la ciudad Vieja de Montevideo. 

Se remata en dólares y sin base. Este predio de más de 5 hectáreas está enclavado en medio de la naturaleza, rodeado de dos de las empresas más importantes de Lavalleja como lo son Patricia y Salus. 

En la página web www.iocco.com.uy se encuentran todos los detalles de la propiedad y un sinfín de fotos del mismo. Pero DIARIO LA UNIÓN fue un poco más allá, quiso adentrarse en la historia de este lugar emblemático, y conversamos con quien estuvo 44 años de su vida al frente del Parador Salus, Julio Cesar Gutiérrez nos contó historias del lugar, visitantes, y cómo fueron las épocas de gloria de un edificio histórico para todo el departamento.

SU CREACIÓN

Gutiérrez comenzó a trabajar en el Hotel y Parador Salus a los 12 años, tras el fallecimiento de quien administraba el lugar, su turno de pasar de empleado a patrón llegó. Estuvo 28 años al frente de todo un emblema hotelero y gastronómico que durante muchos años tuvo el reconocimiento del Ministerio de Turismo por sostener durante el tiempo un récord de ocupación constante durante todo el año. 

Gutiérrez contó cómo se dio la construcción del hotel y restaurante Salus. «Como consecuencia de la construcción de Cervecería Salus en el año 1936, los ingenieros que llegaban comenzaron a solicitar donde quedarse durante ese tiempo, la compañía que estaba haciendo la fábrica la gente de la Skoda de Checoslovaquia eran quienes instalaban los elementos para producir la cerveza y ellos requerían donde quedarse. Fue así que Salus les hizo seis habitaciones, un comedor chico, una cocina, baño, para albergar a los empleados de la empresa que llegaba de Checoslovaquia e instalarían la fábrica, así fue como empezó el parador», relató el ex trabajador.

EL CRECIMIENTO 

Su base fueron las habitaciones, baño y un comedor para los obreros que estuvieron más de un año trabajando en el lugar. «Así empezó, luego naturalmente se fue desarrollando y creciendo solo por inercia, la gente llegaba a tomar un café para ver la cervecería que estaba por inaugurarse, visitaban la fuente Salus y ahí eran dos café, pasaron a seis y empezó la gente a pedir comida, un pancho, una pizza, ahí fue que inició Malaspina porque anterior a él estuvo otra persona Millans que estuvo poco tiempo y se fue. Malaspina tenía el Café Suizo en Minas junto con Morosoli, de a poco Malaspina empezó a tratar de hacer funcionar el hotel, conocía el tema le gustaba, a su vez llevaba a la gente con la empresa de Ómnibus que tenía junto a Espinosa, le llamaban la empresa ‘El Tala’ porque era Malaspina y Espinosa era todo espina -comentó entre risas- y llevaba a la gente a cervecería para trabajar unas 200 personas», rememoró. 

«Un día el Presidente de la Compañía le ofrece si podía atender el Parador, y a él le gustaba eso, era un tipo ideal para eso y creo que fue de las personas que yo conocí, él era como mi padre yo lo amé como persona, y él era un hombre de servicio, era un hombre de atender gente, los atendía, les facilitaba las cosas, el cliente no era cliente era un amigo para él. Por ejemplo a mí me enseñó que debemos atender tan bien la gente para que venga una vez sola y venga después con otra gente, la propaganda boca a boca. Realmente lo hizo volar al parador, en el año 1972 falleció de una enfermedad rápida, la compañía no tenía quien siguiera y me lo ofrece a mí, yo no tenía recursos pero la compañía me los facilitó para poder empezar», recordó.

EL INICIO DE UNA NUEVA ETAPA: AÑO 1973

Tras el fallecimiento un año antes del anterior administrador, Malaspina, Gutiérrez toma en 1973 el control del hotel y restaurante Salus. «En 1973 dejo de ser empleado, algo que había sido desde el año 1954 a los 12 años y pasé a ser patrón con la misma gente. Tenía un terror terrible, sustituir a Malaspina era como sustituir a Pelé y Maradona, era cuando realmente se hacía turismo para Minas, ahora no lo veo, la gente venía a la ciudad y al parador, alcanzamos atender mucha gente siempre. Teníamos la ruta 8 que pasaba cerca, luego se alejó un poco, el turista es una persona que quiere comodidades, ellos lo pagan para tenerlas y todos los días son novedosos y quieren tener cosas nuevas, el turista es exigente, paga para ser exigente y uno debe comprender y estar adherido a eso, saber que es así. Durante muchos años, 28 como patrón, hasta que la compañía por las razones que no se quisieron vender y llegaron franceses y brasileños los cuales pedían que ahí no estuviese nadie con contrato, ellos para comprar no querían hacerlo con contratos y yo era un tipo con contrato, y me sacaron en el año 1996», recordó.

UN BRILLANTE NEGOCIO

Historias, familias enteras, casamientos, equipos de fútbol, presidentes, ministros, actores de cine, entre otros son parte de ese brillante negocio en aquellos tiempos, Julio Cesar Gutiérrez contó cómo eran esos momentos brillantes del lugar. 

«Fue un brillante negocio pero siempre pensando en esto, atender con mucho cuidado al cliente, al turista por la calidad, la higiene, por mucho cuidado en los precios ese era un elemento fundamental, y tener al cliente como lo más importante del negocio y fue así que creció hasta que me fui, ahí cumplía 65 años creciendo siempre creciendo, nunca bajó nada y teníamos como enemigo el Parador Parque de Ute que era inmenso, del Estado y con un servicio del Estado. Teníamos que luchar contra eso y luchábamos a la medida que podíamos, Minas también crecía en hotelería y nosotros crecíamos también», describió. 

«Durante muchos años estuvo vigente, entregué el parador atendiendo 35 mil personas por año, era un fenómeno eso era muy chico para hablar de esos números y era porque venía muchísima gente. Teníamos dos casamientos por mes fácilmente, tres congresos por mes. Fuimos durante muchos años el hotel más ocupado del Uruguay, teníamos 17 habitaciones de las cuales dos estaban en mano de la Compañía Salus, con quince permanente logramos muchos premios por parte del Ministerio de Turismo por la cantidad de gente, ocupábamos más del 80% del hotel durante todo el año, era un fenómeno brutal en un tiempo que se hablaba de un 60%, llegamos a un máximo del 87% en promedio», señaló. 

«El Parador tuvo su auge hasta que parecería una pedantería fenomenal pero eso paso hasta que me fui yo, ahora estuvo gente por comprarlo antes de este remate, quien lo vino a comprar llamó a un amigo mío para preguntarle cómo podían hacer para encontrarse conmigo, porque ese hombre el Parador Salus es tolerable con la grifa que era el «Cholo» Gutiérrez, eso decía él», comentó.

Los cierres tras su salida en el año 1996 fueron varios, durante dos años estuvo de reforma, apenas se fue en 1998 se intentó reabrir pero fue pasando de mano en mano hasta su cierre final.

CREAR EL ENTORNO PARA QUE FUNCIONE

Es difícil explicarse cómo tanta gente elegía descansar pegado a una fábrica donde permanentemente estaba en funcionamiento con entrada y salida de camiones, personal y maquinaria, Gutiérrez contó el secreto para el éxito en el lugar. 

«El entorno de la gente hay que trabajarlo, hay que atraerla, el parador no es una cosa que la gente piense que es fácil, ustedes tienen que saber que el turismo viene a descansar, pero ¿dónde descansa? ¿Pegado a una fábrica de cerveza? Eso no puede ser posible, pero nosotros lo hicimos posible y no sabemos cómo ni porqué. 400 camiones por días, botellas, ruidos y nosotros teníamos gente ahí dentro todo el año, sin duda que era el entorno que generamos tan especial, teníamos gente de toda la vida, venían de luna de miel y después venían con los hijos y luego con nietos, toda la vida. El cliente es lo más importante que tiene eso, primero, segundo y tercero el cliente después veremos lo demás», comentó.

28 EMPLEADOS PERMANENTE Y 53 EN ALTA TEMPORADA

Una fuente laboral importante para la minuanidad, durante el año 28 personas cumplían diferentes tareas en el lugar, llegando a su punto máximo en plena temporada con unos 53 en turismo. 

«Nosotros en turismo bueno atendíamos 550 personas por día». Con respecto a los productos que el turista solicitaba apenas llegaba el «chop directo era lo primero, el pomelo. Quien llegaba ahí llegaba a descansar, habitaciones cómodas, limpias, muy limpias, extraordinariamente limpias, yo nunca tuve en todos los años alguien enfermo del estómago ahí, y se les servía desayuno, almuerzo, merienda y cena. Nunca tuve enfermos por el estilo, nuestros productos eran sanos, auténticos y genuinos y eso hizo que lográramos de alguna manera tener un caudal importante de clientes y que nos conocieran, en algún momento y aquí te digo otra pedantería….Hablaban del Salus y hablaban del «Cholo» Gutiérrez, porque era así y yo sabía que así lo era, no me daba ninguna ventaja. El personal fue impresionante, con la camiseta puesta de punta a punta», expresó.

VISITAS DE RELEVANCIA

En su memoria retrocedió y recopiló la llegada de diferentes visitas de importancia tanto a nivel nacional e internacional como «Benito Esther, Ministro de Turismo, el «Nene» Burgueño Intendente de Maldonado éramos amigos de Aigua, Luis Alberto Zeballos, Luis Batlle Berre, «Curro» Giménez, Carlos Paravis, el Presidente de Brasil João Goulart andaba por comprar un campo cerca de Salus, estuvo dos días y se fue, un mes estuvieron los principales actores de la Película «Ismael» Ángela Postulari, por ejemplo hablando de fútbol todo el equipo del Club Nacional de Fútbol, Rubén González, Héctor Rodríguez, Walter Gómez, Manicera, Emilio Álvarez, lo hacían seguido. Fue una época muy linda, había altibajos y también me comí verdes, cuando se cayó el puente El Plata un año haciéndose y la gente no venía a Minas, no tenían puente, debían ir por el Paso del Amor, era difícil un año casi cerrado estuvimos. Pasamos buenos y malos momentos pero para mí siempre fue en crecimiento», afirmó.

VOLVER AL LUGAR DONDE PASÓ 44 AÑOS DE SU VIDA

En 1996 le dieron la noticia que ese lugar donde 44 años de su vida habían pasado no lo volvería a recibir, de ahí en más Julio Cesar Gutiérrez, «El Cholo» no regresó jamás hasta hace pocos días tras enterarse del remate que se aproximaba, fue a darle su último adiós, fue a despedirse de un emblemático lugar que tiene un futuro incierto. 

«Desde que me fui en 1996 nunca más fui a Salus, sin embargo hace unos días fui a verlo con nostalgia, te duele, son 44 años de la vida de un ser humano ahí adentro, y lo tuve que pasar, lo comí. Ahí me encontré con un muchacho encargado donde charlamos un rato y el tipo no podía creer lo que le contaba es que eso era de mi época, él entró hace poco y cuida esa vuelta, no podía ver aquello lleno de pasto, lo veía con tanto dolor, yo no había ido por eso y fui como una especie de despedida, tantos años ahí», reflexionó Gutiérrez. 

Consultado sobre el remate y la posible vuelta del hotel y restaurante Gutiérrez admitió que «me gustaría, ojo el tipo que compre eso tiene que ponerse la camiseta, ahí si viene a buscar plata está liquidado, si pone mucha plata y espera que en los años produzca sí, cosa que hoy no está dispuesto nadie o muy pocos. Si alguno mañana tiene mucho dinero y piensa recuperarlo con los años quizá agarre algo de eso, y ojalá el parador se ponga vigente y ande muy arriba. Lo amo al parador, los años te hace amarlo obligado, pero yo lo amé porque viví mi vida ahí dentro de niño, tenía 12 años». Gutiérrez ve el lugar como una escuela de turismo, una fuente laboral importante para nuestro medio.

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