24.12.2020 Con el ojo en la política

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Por Omar Guillén

Bueno ¿cómo está amigazo? Como casi siempre, esperando. Sí, pero ¿qué espera? Es bueno saberlo. Ahora uno está esperando al menos en mi caso la llegada de este muchacho que anda por el mundo. Por lo que veo está desubicado o desorientado. ¿De qué muchacho me habla? Ojo, que no se trata de un político ni jugador de fútbol, ni timberos de la esquina. Opa ¿es bueno lo que me quiere decir? No sé si es bueno, pero lo espero con mucha expectativa.

Ahora me gustaría saber en primer lugar ¿usted se siente bien? Sí claro, voy tirando como todo veterano y máxime en estas épocas de verano. Ahora sí dígame ¿qué espera con tanta ansiedad? Ojo que no tengo eso que usted llama ansiedad, yo espero nomás porque si no igual me mandan al psiquiátrico y sonaste. No yo aguardo la llegada de Papá Noel. ¡Ah! Bueno, pero usted es mayorcito para aguardar la llegada de esa figura que trae regalos para los más chiquitos, no creo que le aporte nada.

Quizás tenga razón pero yo igual estoy aguardando alguna sorpresa. Amigazo, a esta altura no hable de sorpresas, mire que hay de todo tipo y a cada rato. Sí, he oído pero estoy tranquilo pese a todo lo que pasa. Bien en lo suyo pero tengo un par de amigos que viven de sorpresa en sorpresa, están mal, hasta más flacos, y con ello me digo todo. Ojo que yo también tengo algún amigo muy mal por eso de las sorpresas, es tanto que hasta yo estoy sorprendido. 

Bueno amigazo, abre usted la cancha y dígame alguna sorpresa de algún amigazo suyo. Ojo, nunca lo haría no soy chismoso y mantengo lo prometido, silencio y aguardar que lleguen los otros. Caramba, es cumplidor no quiere contarme nada de lo que pudo haberse enterado, al menos dígame quiénes son los otros… Como decía un amigo mío muy conocido en el medio «en modo alguno le voy a decir y menos en plena pandemia». Así que se va a quedar con esas cosas en el «buche» como decía mi vieja. 

Pero deme alguna punta, para estar preparado para cuando llegue el momento. Ahora déjeme pensar qué le podría decir sin decirle nada, como lo hacen algunos políticos. Bueno, le acepto que me de una punta. A la pucha a este le sirve cualquier cosa, siempre cuando sea un chisme. No no, sólo quiero saber dónde estoy parado. Pues le digo algo, este amigo estaba sentado, fue a vichar cómo venía la mano y se encontró con el aparato «trancado». Mmmmm ¡Qué feo! ¡No qué bronca! Porque allí podría estar el regalo de esta temporada. ¿Y qué pasó? Imagínese, buscar alguno de los muchachos que pudiera, digamos, destrancar esa máquina maldita y ¿qué hizo, cómo abrió esa esperanza que la imagino llena de emociones? Tuvo que llamar a un técnico que hasta le cobró. Ojo esto huele raro, feo ¿no? Más que ello hablando mal y pronto como decía una vecina que vivía pendiente de las otras vecinas y se olvidaba que tenía en la cocina la leche para los chicos, se imagina cuando volvía el olor a quemado, leche que no había ya, gas que se había consumido al cuete, y los chicos sólo con alguna galleta de campaña, que son lindas pero muy secas. 

¡Pa’ que largo eso de la presentación para decirme nada! Aguarde un momento que la niña distrajo a este hombre preocupado. Bien, pero qué le ha pasado con el aparato cerrado y todo lo demás. Bueno ya no recuerdo bien lo que le iba a decir pero procuraré encontrar una aguja en el pajonal. ¡Pucha que es difícil usted! Si ya sé lo que pasa que debo mantener la cordura, ¿hay un tanto que habla de la cordura no? Bueno déjese de joder, me cuenta algo cual es el camino a seguir en fin algo… 

Bueno lo difícil para el amigo es precisamente el camino a seguir, no lo tiene definido. Entonces por dónde el tema que busca plantearme ahora. Mire tenga ojo, porque el hombre los mandó a todos que hicieran cola. ¿No me diga que son tantos y deben hacer fila para que les atienda? Y, sí son unos cuantos y todos quieren lo mismo. ¡Opa! ¿No me diga que es la vacuna contra el bicho maldito del Covid? No, ya está vacunado ahora espera la reacción que siempre viene en estos casos. Entonces el camino que se debe seguir por ese, su amigo va por otro lado. Si ya lo creo y le digo más el sistema de «cuentas» del rosario en estos días tan especiales, está repleto de pedidos y reclamos que hacemos todos. 

Gracias pero no le entendí nada. Si era la idea que vengo manejando ahora, contarle algo pero sin decirle nada, quiero que mueva ese hermoso cerebro que tiene, vaya vaya que será esto que parece «samba enredo». Déjeme decirle que este muchacho ha recibido en su arbolito una cantidad de emociones, que traspasan el límite de lo potable. Feliz Navidad con salud y amor… Lo recibo pero, ¿no me ha dicho la verdad?. Chau hasta la próxima…  

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