24.09.2021 Se conmemoró el 171° aniversario del Fallecimiento del General José Gervasio Artigas

Por Karina Núñez
El Comité Patriótico Departamental recordó al prócer General José Gervasio Artigas en el 171° aniversario de su fallecimiento. El acto contó con la presencia de autoridades departamentales encabezadas por el Intendente Departamental Dr. Mario García, el Comandante de la División de Ejercito IV General Luis González, Segundo Comandante Coronel Edison Camargo, Comandante de la Infantería Nº 4, Coronel Alfredo Olivera, Jefe de Batallón Nº 11 Teniente Coronel Oscar Pizzarro, Jefe de Policía de Lavalleja Comisario General (r) Licenciado Jorge Khazzaka, Subjefe de Policía Comisario Mayor Ricardo López Pintos, Coordinadora Comisario Mayor Verónica Moreira, autoridades policiales y militares, Directores de las distintas áreas de la Intendencia de Lavalleja, ediles de la Junta Departamental, miembros de los Consejos de Educación Primaria, Secundaria y Técnico Profesional del departamento de Lavalleja, delegaciones presentes de las Escuelas Nº 63 de Minas y de la escuela N º 58 de Aguas Blancas. Integrantes del Comité Patriótico Departamental, de la Comisión Departamental del Patrimonio de Lavalleja, instituciones públicas y privadas y público en general.
PALABRAS ALUSIVAS
Para dar inicio al acto se entonó las estrofas del Himno Nacional y el orador fue el Encargado de Seccional Segunda Comisario Gerardo Silveira, quien señaló que «en el día de hoy (por el jueves) recordamos el 171 de la muerte de nuestro prócer José Gervasio Artigas. Su nacimiento como lo celebramos cada año fue aquel 19 de junio de 1764 en la ciudad de Montevideo, hijo del Militar Martín José Artigas Carrasco y de su esposa Francisca Antonia Arnal, Artigas pasó los primeros años de su vida en al ciudad y en la chacra de su padre ubicada junto al arroyo Carrasco».
«Recibió en su niñez la mejor educación que en aquella época se podía dar en la ciudad, la cual consistía en la enseñanza primaria impartida por los padres Franciscanos en el convento San Bernardino. Desde niño prefirió dedicarse a la tarea rural y a los 12 años se trasladó al campo a tierras pertenecientes a su familia, relacionándose con los habitantes del lugar, entre ellos los gauchos. Se hizo ágil en el manejo de las armas y del caballo, se entendía con changadores, paisanos, gauchos e indios. Un verdadero baqueano como se acostumbraba a llamarse en la época». «Era un muchacho inquieto, sus padres tenían establecimiento en campaña y a los 14 años no paraba en las estancias, recorrer alegremente los campos, changuear, comprar ganado y caballada para venderlos en la frontera con Brasil era uno de sus entretenimientos habituales. Se relacionó con los indios Charrúas de manera intensa, desde adolescente demostraba su carisma de hombre capaz de generar un liderazgo y una ascendencia sobre los hombres de la campaña».
«A los 33 años en 1797 ingresó como soldado al Cuerpo de Blandengues de Montevideo que tenía como fin proteger la fronteras y en esta función participó del control de los avances portugués en la frontera con el Brasil y en la lucha contra el contrabando. Poco antes de finalizar el siglo XVIII Artigas se concentró con aquella frontera con un afromontevideano que había sido capturado por los Portugueses y reducida la esclavitud, decidió comprarlo para darle su libertad. Desde entonces Joaquín Lencina, conocido como el negro Ansina, acompañó a Artigas durante el resto de su vida convirtiéndose en su amigo y en su camarada de arma».
«En 1806 la primera de las invasiones inglesas y la ocupación de Buenos Aires por el ejército Británico colaboró con Juan Martín de Pueyrredón y organizó por sí una fuerza de 300 soldados que no llegaron a entrar en combate. En 1810 José Artigas, que por entonces pertenecía en las tropas virreinales y promovido a capitán de Blandengues fue enviado a Entre Ríos como Comandante de un contingente militar con el fin de intentar recuperar los 5 pueblos Entrerrianos pero resultó derrotado por los caudillos locales. En febrero de 1811 desertó del Cuerpo de Blandengues en Colonia de Sacramento y se trasladó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios militares al gobierno revolucionario, le dio el grado de Teniente Coronel 150 hombres para iniciar la levantada de la banda Oriental contra el poder Español. El 11 de abril emitió la proclama de Mercedes su aceptación y liderazgo fue fundamental y asumió el mando de la Revolución de la Banda Oriental y el 18 de mayo derrotó a los españoles en la Batalla de las Piedras iniciando el sitio de Montevideo y fue aclamado primer Jefe de los Orientales».
«En 1812 logró convocar un congreso nacional en Maroñas y allí proclamó la Provincia Oriental con un gobierno federal como modelo a seguir por las demás provincias unidas del Río de la Plata».
Continuó señalando Silveira que «en las filas artiguistas participaron personajes y caudillos tan importantes para la posterior historia uruguaya como ser el propio Dámaso Antonio Larrañaga, Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe, Fernando Otorgues, Fructuoso Rivera y Pablo Zufriátegui. Como consecuencia del armisticio firmado por el Virrey Francisco Javier de Elio por la primera Junta de Buenos Aires las tropas enviadas a la Banda Oriental debieron abandonar dicho territorio levantando el sitio de Montevideo. Disgustado por el armisticio y ante la vocación de las tropas porteñas cumplió con su nuevo cargo trasladándose al territorio misionero, por lo que decidió pasar con sus seguidores a orillas occidental del Río Uruguay hecho conocido como el éxodo Oriental».
«Instalando su campamento en las cercanías del arroyo Ayuí Grande. Allí se estableció un enorme campamento desde el cual organizó un gobierno sui generis sobre el territorio que sus hombres alcanzaron a controlar. En este campamento fueron elegidos los diputados orientales, que debían concurrir a la Asamblea General Constituyente del Año XIII, acelerarse en Buenos Aires donde Artigas le dio las instrucciones a sus diputados, las que fueron dictadas el 13 de abril de 1813».
Más adelante Silveira remarcó que «Artigas se instaló en Entre Ríos donde entró en serios conflictos con Francisco Ramírez quien no aceptó la hegemonía del caudillo oriental y con el apoyo del gobierno porteño inició una campaña contra Artigas. El 4 de setiembre de 1820 cruza el Río Paraná hacia el exilio en Paraguay dejando atrás su patria y su familia. El dictador paraguayo le dio refugio siendo su único compañero durante el resto de su vida el negro Ansina. Durante su estadía en Paraguay, entre los años 1820 y 1850 Artigas se ganó el título de Karai Guazú, frase en Guaraní que significa ‘Gran Señor'».
«No obstante, debido a su pasividad en el exilio por mera precaución fue arrestado algunas semanas después de la muerte del dictador. El nuevo gobierno de Carlos Antonio López primer presidente constitucional de Paraguay lo trasladó a Asunción donde disfrutó de su plácida ancianidad, residiendo en la propia quinta del Presidente de la República rodeado del afecto de todos los paraguayos. Allí falleció 10 años después, un 23 de setiembre de 1850 a sus 86 años de edad».
«El prócer se mostró amable con cuanto lo rodeaban en aquel atardecer primaveral que sería el último, las horas de la noche se fueron sucediendo una a otras sin el anuncio de lo que estaba por acontecer. Su amigo Ansina al amanecer corrió la voz entre los pocos vecinos que habitaban, de que había fallecido el patriarca que supo ganar la buena voluntad de todos por su simpatía. Sus últimas palabras fueron ‘mi caballo, tráiganme mi caballo’. Sus restos fueron transportados en una carreta arrastrada por bueyes en dirección del Cementerio de Recoleta, recibiendo sepultura en el sector denominado Campo Santo de los Insolventes a poca distancia de la quinta en la cual estaba viviendo».
PROMESA SIMBÓLICA AL PABELLÓN
Acto seguido se procedió a la promesa simbólica al Pabellón Nacional por parte de los alumnos de la escuela 58 de Aguas Blancas a cargo de la Maestra Nataly Gutiérrez. Para finalizar se colocaron ofrendas florales al pie del busto del General José Artigas.