09.10.2023 Raquel Gorga: «Nunca sentí discriminación de la sociedad»

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Nuestra historia de vida del día de hoy, es de una mujer maravillosa, siempre con una sonrisa, feliz, contenta, a pesar de que la vida no siempre es como uno la sueña.

Es grato verla en su trabajo cumpliendo su labor con la mejor cara siempre. Desde hace muchos años la vemos trabajando en Casa de la Cultura y hoy decidimos hablar con ella y conocer un poco más de su vida.

SU VIDA

Raquel Beatriz Gorga Vecchi nació el 6 de mayo de 1966, ella nos dice «soy bien taurina».

Llegó a un hogar que estaba conformado por su padre, su madre, y en aquel entonces había un hermano mayor, «después llegó mi hermana, Miriam, Fernando que falleció, y después Carlitos, somos 5 en total, 3 varones y 2 mujeres».

Raquel, recuerda su niñez muy linda, «no me sentí mal, nunca, porque disfruté muchísimo, en la escuela nunca sufrí discriminación, ni bullyng, ni nada».

Raquel padece una enfermedad que se llama acondroplasia.

La acondroplasia es el tipo más común de enanismo. Es un problema genético que afecta aproximadamente entre una en 15,000 a una en 40,000 personas. Hace que sus brazos y piernas sean cortos en comparación con su cabeza y tronco. También puede tener una cabeza más grande y un tono muscular débil.

Raquel nos cuenta que «nací en el hospital, cuando nací me vio el doctor Godofredo Fernández, y él me mandó a Montevideo porque en aquel entonces no había para hacer placas o estudios acá, porque en comparación, veían que mi cuerpo era cortito y la cabeza grande. Ahí dijeron que era problema de músculo, o muscular.

Mamá me llevó a Montevideo, a Pedro Vizca, cerca del año de vida.

Pero mi vida continuó de forma totalmente normal, en la escuela no sufrí, y en la misma UTU tampoco, se daba más que nada en la calle, que la gente se daba vuelta y me miraba.

No sufrí bullying, a veces en parte de la adolescencia tuve algunos momentos, que te pones como melancólica, lloraba y eso, pero por suerte pasaba rápido.

Recuerdo a veces de ir caminando por la calle con mi hermana, a veces se daban vuelta y me miraban como extraño y mi hermana decía, que mirás?.

Nunca tuve el problema de que la sociedad me fuera a marcar, eran momentos que pasaban nada más.

Siempre pensaba o a veces decía ¿ qué voy a hacer? No pedí nacer así».

EL COMIENZO DEL TRABAJO

«Hice tres años de ciclo básico de UTU, después hice un año de profesorado en tejido. Que en aquel entonces era como un año de profesorado, recuerdo que mis compañeras me festejaron los quince, en la clase, realmente todo era divino.

Después de los quince años me puse a tejer para exportación.

Tejía para exportación día y noche a mano.

Trabajaba para distintas personas, porque lo hacíamos con mi madre y teníamos límites para tejer, nos daban un tiempo para hacer los tejidos y había que poner mucho de sí. Pasabamos día y noche literal tejiendo, a veces eran buzos con varios colores que vos tenías que después darle la terminación, y a veces con distintos puntos.

Estuve de los quince hasta los veintisiete haciendo ese trabajo. Después como que ya me aburrí porque hubo problemas de embarcación, no había exportación. Entonces como que ahí ya estaba mermando el tejido.

30 AÑOS EN CASA DE LA CULTURA

Un día una amiga me dice que fuera a hablar con quien estaba de Intendente que en ese entonces era Alejandro Giorello, yo nunca hice política, solo voté desde los 18 años, pero era tanta la necesidad de trabajo, que me animé y fui a hablar con él.

Fui un 13 de agosto, recuerdo, y me dijo ́ venite el miércoles, y me atendió Mabel Castillo, y me dijo que al día siguiente entraba a la Casa de la Cultura, que debía presentarme y hablar con Miriam Maldonado, que estaba en ese momento.

Ella me presentó a todos los compañeros, y entré a trabajar a las seis de la mañana.

Estuve así, trabajando tres años como zafral. El primer año empecé un mes si y un mes no.

A los tres años, y un mes, el 1º de octubre de 1996, quedé mensualmente, y en el año 2000, me presupuestaron.

Llevó 30 años en Casa de la Cultura, empecé para la limpieza, y en el año 96 empecé a quedar en los museos, porque empezó a faltar gente en los museos.

En el 2010 me nombraron conserje de auxiliar de servicio de primera. Adriana Peña me llamó, y me comunicó que al haber aceptado las 8 horas, me correspondía el ascenso a primera».

INDEPENDIZARSE Y SU CASA PROPIA

Como toda persona, llegó un momento que Raquel necesitaba independizarse de su familia, de su hogar, y nos cuenta que siempre quería tener su casa propia, era un sueño.

Cuando salió lo de la cooperativa, que se empezó a formar «pensé que esa era la posibilidad.

Estuve en una cooperativa que después se disolvió, y pasé para otra, donde estoy viviendo ahora, la Cooperativa Covideom.

Había quedado un lugar vacante, entregué las unidades de la que había depositado en la anterior y entré, un 24 de junio del 2013. En el 2016 me entregaron la vivienda.

Había que trabajar 20 horas, después empezamos a pasar a 24, de lunes a sábado».

Desde el 2016 vive totalmente sola, «me la entregaron en septiembre del 2016, y me mudé un 2 de marzo del 2017.

Cuando le preguntamos si tuvo que hacer adaptaciones en su casa nos dice que después me propusieron, me habían dicho de hacerme el fogón a mi altura y dije que no, porque las viviendas iban a sorteo. Entonces lo único que hago es poner un cajoncito.

Raquel, nunca se casó pero nos cuenta que ha tenido pareja, pero hoy está sola. «Es lindo compartir la vida con alguien».

«ESTAR EN PAZ ES LO IMPORTANTE»

Al preguntarle si es una mujer feliz, nos dice «la felicidad, son momentos, pero la paz es lo más lindo y eso lo tengo».

«Uno con los años, va aprendiendo, vas aprendiendo, cómo sortear las cosas, y el camino».

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