27.01.2025 Jorge López: «Como no ser agradecido con la vida, si a mí me sacaron de una volqueta»

Por Karina Núñez
Desde hace muchos años conocemos la historia de vida de hoy, por diversos trabajos que ha realizado, siempre trabajando incansablemente y luchando para poder tener y brindar a las personas una vida más decorosa.
Es amable, simpático, a pesar de que la vida le ha puesto duras batallas, ha salido adelante, pensando en su familia, sus hijos, y en Jesús.
No solo busca brindar un poco de alegría, sino que también aquellos que lo rodean puedan verse beneficiados con sus actos, siempre con la mano tendida, muy amigable y con esas ganas de cada día ser un poco mejor persona.
El sábado 25 en la mañana fuimos a su local, una parrillada restaurante muy cálida, muy acogedora, que nos hizo sentir como en casa. Allí alrededor de 6 personas comenzaban su labor, algunos en la parrilla por comenzar la jornada, otros en la cocina, otros limpiando, una gran familia que denota las ganas de trabajar y allí nos sentamos a charlar, luego de hacer una recorrida por el local. Nos invitó con postres, quería que nos quedáramos a almorzar, pero la idea fue transmitir su vida, la que no ha sido fácil pero le ha puesto la mejor cara para llegar a lo que hoy es.
SU HISTORIA
Jorge Pedro López Pereira, nació el 2 de agosto de 1970 en un patrullero en la ciudad de Montevideo.
En el momento en que nació su mamá biológica hizo abandono de su persona y llegó a un hogar de una familia conformada por Don Pedro y Elisa, que son sus verdaderos papás, sus papás adoptivos, porque nos dice que «nunca he razonado que ellos no fueran mis padres. Crecí en un hogar donde se me inculcó los valores de trabajar y respetar. Tal vez no hubo tanto una palabra de cariño, una palabra de amor, una palabra de aprecio, pero sí la enseñanza básica esas dos columnas, que las tengo de trabajar y respetar a quien está trabajando, aunque uno no esté de acuerdo con la persona, pero debes de respetarlo, porque está trabajando también».
Su niñez transcurrió en Barros Blancos en el kilómetro 26 y después, por un tema de la iglesia que asistía se vino a vivir a Minas, a los 28 años y hoy en día se considera minuano adoptivo.
Anduvo por varias partes del mundo, Estados Unidos, México, Bolivia, Perú, Colombia, todo a través de la iglesia, porque se crió en una iglesia evangélica y lo invitaban como conferencista para jóvenes.
Nos cuenta que ingresó a la iglesia, porque «una prima me dijo que había un ómnibus que venía y que pasaba por el barrio, hacían juegos y que daban merienda y que enseñaban cosas buenas y comencé a asistir nada más en forma natural y eso fue parte de mi formación de vida cristiana. No soy un fanático religioso, pero sí reconozco a Dios en todos mis asuntos», afirma.
Cuando llegó a Minas, con 28 años de edad, nos cuenta que «tenía otra familia, de la cual después me divorcié de la mamá de mis dos primeros hijos, uno de ellos falleció trasplantado del corazón y la otra vive en Montevideo. Quien era mi señora también falleció y yo me volví a casar, formé un segundo hogar y ahora vivo con Andrea, mi señora esposa y tenemos tres hijos más».
Para Jorge la pérdida de su hijo fue un golpe fuerte, la vida tiene esas cosas y «fue un mazazo», recordó cuando murió el hijo del presidente Menem, un presidente de las Américas, lo visitó y le dijo; «todos estamos preparados para enterrar a nuestros padres, nadie está preparado para enterrar a un hijo. La trayectoria de la vida, la ley de la vida indica que tus papás se van a ir un día y nos va a doler, pero siempre es más doloroso la muerte de un hijo».
Jorge, tiene cinco hijos en total; Abel quien hoy no está en este plano, pero por siempre en su corazón, la segunda Abigail, el tercero Alan Isaac con 15 años, la cuarta Aldana Celeste, quien nació el día en que Uruguay salió campeón de América y el último, «que lo encargamos cuando yo ya tenía 54 años, hoy tiene un año y medio se llama Augusto Jair». Entre risas nos dice, «con 54 años, tengo edad de ser bisabuelo, pero fui papá nuevamente, y realmente me rejuveneció, me ayudó muchísimo y es una bendición, es lo más lindo».
Jorge ha sido una persona que desde el vamos la ha estado siempre luchándola, trabajó desde los 6 años de edad, en Minas tuvo una posada, alojamiento, vendió chatarra, «a los 6 años vendía tortas fritas puerta a puerta por las casas, mis papás me enseñaron a trabajar, a respetar y siempre hice muchas cosas. Hice venta de leña, acarreos de escombro, obras de todo un poco», y cuando llegó a Minas vino como pastor de una iglesia evangélica que ya no existe.
Estuvo 38 años de su vida, «prácticamente toda mi vida y esa experiencia le ha demostrado que la gente hoy, un poquito más de porcentaje de gente que cree, pero también al mismo tiempo hay muchos escépticos y hay mucha mezcla, hay gente que cree, pero gente que cree en varias cosas y como que eso no sirve de mucho, hay que creer en una cosa, yo opté por creer en el Señor Jesucristo, no creo en pastores, no creo en iglesias, no creo en sacerdotes, no creo en instituciones, creo solamente en el Señor Jesucristo más nada, en la sangre del Señor Jesús es lo único que creo. Igualmente hay una cierta apertura de la gente que ya no está tan reacia a las cosas espirituales y ven que Dios, no es su enemigo y no está mal pedirle a Dios, cuando tenés un hijo internado, no está mal pedirle a Dios cuando estás en enfermedad, cuando necesitas un trabajo, no es algo malo. De igual manera también estoy muy agradecido a Jesucristo y sobre todo a la gente, porque hay mucha gente que me ha dado una mano, esa es la verdad, pero también tratar de retribuir al pueblo, al que no hizo nada por mí, por haber progresado tanto. Hace unos días miraba en este lugar donde estoy hoy, y me puse a llorar, porque cuando me casé con Su Majestad, con Andrea Alonso, no teníamos una mesa y hoy en día, gracias a Dios, tengo 50 mesas en este lugar, uno ve el transcurrir del tiempo, ve cuánta agua pasó debajo del puente y dice, ¿cómo no ser agradecido? Cómo no ayudar un poquito a la persona que está pasando necesidad o que a lo mejor tiene grandes capacidades y necesita un empujoncito inicial para arrancar nada más tratando de hacerlo con sabiduría, porque hay mucha viveza hoy en día, lamentablemente».




LAS EXCURSIONES
En cierto punto de su vida, Jorge comienza a dedicarse a las excursiones, donde también ha sido muy feliz, «es la gran felicidad de mi vida las excursiones, ver como el obrero, la persona de clase media – baja, el trabajador o el pobre, puede viajar, puede acceder a un viaje, puede ir a un lugar, puede sentarse en un restaurante, donde al lado hay un barrendero, pero también puede haber un gobernador o un doctor y todos somos iguales. En ese sentido me fascina Brasil, porque la gente en Brasil es ponerse un short, una chancleta y van a un restaurante y no necesitan absolutamente más nada, no hay extractos sociales, no hay diferencias, todos disfrutamos de la naturaleza, todos disfrutamos de las instalaciones, de los restaurantes, de los hoteles y todos somos iguales por un rato, por eso me fascina Brasil».
Hoy Jorge no puede hacer todas las excursiones que se realizan, debido al restaurante que hace unos meses dio inauguración, pero nos dice «tengo un staff de personas que están trabajando conmigo, que están haciendo el trabajo igual o mejor que yo, hoy estoy abocado mucho al restaurante, pero ya en lo que va del año hemos sacado cinco excursiones a Brasil, una a Río, tres a Floripa y una a Torres y continuamos avanzando».
Sobre el restaurante y parrillada «Don Jorgito» nos contó que la idea nació porque «soy una persona que no guardo dinero, no me gusta guardar dinero, soy una persona o que invierto el dinero o lo derrocho o trato de ayudar a alguien, entonces como se me estaba yendo mucho la mano para los otros lados, decidí invertir en algo, dar trabajo a la gente de una forma digna y también ganar, para tener un poco de retribución de lo que uno invirtió, es una inversión bastante grande y pensamos continuar avanzando y haciendo varios arreglos al local también para que nuestros muchachos puedan trabajar en una forma digna y puedan tener un sueldo más que decoroso, porque ellos tienen su sueldo y tienen comisiones aparte por las ventas, también tienen vacaciones en Brasil y en Argentina con los gastos pagos por Excursiones Económicas».



EN LA PARRILLADA
Cuando le preguntamos qué nos podemos encontrar en este restaurante, nos dice «en este restaurante podés encontrar comidas criollas, podés encontrar parrillada, pizzas, una gran variedad de pastas, después todo lo convencional, de las comidas como milanesas, napolitanas, hamburguesas, y si nos avisás que vas a venir con tiempo, te podemos preparar una mesa como vos la quieras. Además tenemos la promoción que la persona que cumple años no paga la consumición, pagan los acompañantes su consumición, pero esta persona no paga, entonces estás siendo agasajado, te sentís en un lugar que es como tu casa, porque es un lugar completamente reciclado, es un lugar todo de madera, sabiendo que la madera es cálida y van a tener la atención fantástica de mis muchachos que son todos nivel europeo como me gusta decirlo».
«También se pueden disfrutar de las cosas antiguas, de cosas que la gente va a poder disfrutar, desde antigüedades del campo, las herramientas que utilizaban nuestros abuelos, es un restaurante temático, es un restaurante turístico, donde la gente puede venir, puede conversar con su hijo, con su nieto y mostrarle lo que era una fiambrera, cómo se refrigeraba la carne hasta el punto que se ponía a la sombra para conservar mejor los alimentos, se puede ver una cantidad de herramientas de campo que podemos jugar con ellos y preguntarles a ver si saben qué son cada cosa y poder apelar a la agudeza mental del cliente, pero también apelar a los recuerdos, que haciéndose una introspectiva, o sea regresando hacia atrás, ellos se van a acordar de su niñez, de las cosas que vivieron, del trabajo que pasaban sus antepasados para poder trabajar. Hay desde un yugo, boleadoras, monturas, una cantidad de cosas que quiero que vengan a ver, cosas que se han ido cosechando a lo largo de la vida, 14 años han sido juntando cosas, juntando ventanales, juntando cables de luz, juntando muchas cosas para poder tener un local de más de 300 metros cuadrados, uno de los más grandes de la ciudad en este momento».
Así como nos cuenta del agasajo que se le hace a quien cumple años, también en estas últimas fiestas, Jorge tuvo una acción totalmente desinteresada y sorpresiva; y nuestro entrevistado nos dice «hoy en día se ha desvirtuado mucho la Navidad, entonces el huérfano se siente más solo, el viudo se siente más infeliz, el hambriento ese día tiene más hambre, pero no estoy hablando de lo material, estoy hablando acerca de lo anímico, de lo emocional, de sentirse en soledad, de sentirse desgraciado, entonces nosotros abrimos todos los días del año, mediodía y noche el restaurante, pero un solo día, una noche sola en todo el año que es Navidad, y vamos a invitar a la gente a comer, que vengan a sentarse a comer y no necesariamente gente que esté en estado de vulnerabilidad, aunque ellos también son bienvenidos y son los primeros en ser bienvenidos, sino, gente que a lo mejor no tiene con quién pasar, entonces por un rato vamos a hacer una familia para ellos. Este año hubo gente como Gaby Zeballos, Anabel, el hijo Nicolás, que me vinieron a ayudar y mis muchachos también que dejaron toda la comida preparada, yo fui el asador, su majestad, fue la moza y la verdad que fue fue algo muy lindo y pensamos hacerlo todos los años e ir creciendo, así que el que no tenga familia, es bienvenido con nosotros mientras guarde una postura, un respeto hacia la gente, es bienvenido a nuestras instalaciones siempre».
SU MAJESTAD
Le hicimos referencia en cierto momento de la charla a cómo se dirige a su señora, «Su majestad» y el orgulloso nos dice «ella para mí es la persona que más amo en el mundo, realmente, está en el mismo escalafón que mis hijos y para mí ella es todo, yo quiero honrarla y cuidar de ella hasta que la muerte nos separe y si se llega a casar después que la muerte nos separe, resucito», comentó entre risas.
En este momento, en la «Parrillada Don Jorgito» «se cuenta con nueve personas trabajando, todos con sus aportes correctos y todo lo demás, en enero flaquea el trabajo, estábamos recibiendo 175 personas por día promedio en diciembre y esto no me aqueja solamente a mí, sino a todos los gastronómicos, todos los hoteleros, todos los turistas, todas los almacenes, todos los supermercados, todas las estaciones de servicio, los taxistas y todas las cosas que podamos hablar de la ciudad de Minas. Hoy en día estamos recibiendo un 30% de esa cantidad de gente durante el mes de enero, pero ya en el mes de febrero comenzamos a tomar un par de personas más y pensamos que para marzo, abril poder tener el pleno de 13, 14 personas acompañándonos».
A pesar de que la vida tiene altibajos como todo, le preguntamos si es un hombre feliz y nos responde: «soy feliz, a pesar de que a veces suceden algunos insucesos, por ejemplo este pasado viernes, nos vimos sorprendidos que en el Facebook de algunas personas nos están atacando con mentiras a nuestro comercio y no respondí, porque no sirvo ni para hacerle daño a una persona que me hace daño, no sirvo para eso, no sirvo para odiar. Lo he intentado, pero no puedo, pero me da a veces un poco de infelicidad ver la maldad de la gente y ver que una persona se sienta detrás de un celular y escriba mentiras o detrás de una computadora o poder tomarse un minuto de su tiempo para hacer un facebook falso, para atacar. Esas cosas me producen infelicidad, pero salvo esas eventualidades, soy profundamente feliz y soy profundamente feliz viviendo en Minas. Me considero minuano al 500%, al 1000% y cuando me voy de Minas, que voy a Río, Floripa, Bariloche, o a cualquiera de los destinos, extraño Minas, porque Minas es mi refugio en el mundo, Minas es mi felicidad, amo esta ciudad y me gustaría hacer muchas más cosas».
HAY MUCHO POR HACER
Jorge antes de finalizar la amena charla que mantuvimos el sábado por la mañana, sentados a la sombra en su hermoso restaurante, nos dijo, «hay mucho por hacer, me gustaría poder hacer mucho más, mi salud no me lo está permitiendo tanto. Tengo fuertes problemas del corazón, pero hasta donde Dios diga vayámonos a casa, donde ahí se terminará, seguiré haciendo cosas. Soy una persona que trabajo todos los días del año, no descanso, pero no descanso, no porque no pueda hacerlo, tengo la olla llena para el resto del viaje, me gusta la actividad, me gusta no ser parásito, me gusta no andar con la cabeza desocupada, me gusta poner el entendimiento de las cosas que hago. Crear fuentes de trabajo, son las cosas que me gustan».
«Hoy los espero a todos acá en Avenida Varela 947, que los esperamos, los muchachos tienen todo en perfecto estado de pulcritud. Son unos muchachos sensacionales, amables, la comida es del mismo nivel que todos los diferentes gastronómicos que hay. No somos mejores que nadie. Es una propuesta un poco diferente, pero sería lindo que vengan a conocer».
«Queremos continuar por este camino de excelencia, con gente de calidad, que es lo que más hace falta en este mundo», finalizó.