06.07.2020 Toma de agua
Por Lic. Lucy Aparicio
El agua, tanto la transportada a través de los alimentos como la de las bebidas desempeña numerosas funciones orgánicas vitales como la eliminación de tóxicos, regulación de temperatura, formación de estructuras del cuerpo, secreciones, entre otras.
Las necesidades de hidratación varían en función de la edad, el sexo, las condiciones de temperatura, humedad o del esfuerzo físico que se realice.
El agua además nos ayudará a evitar el estreñimiento favoreciendo el tránsito intestinal. También tiene gran influencia en relación a la saciedad, controlando mejor el apetito y ayudando a calmar momentos de ansiedad.
El agua, junto con las vitaminas y minerales, es uno de los principales nutrientes de nuestro cuerpo. Su ingesta es clave tanto para la hidratación como para lograr una alimentación saludable. La hidratación es el factor más importante para una buena nutrición, ya que, entre otros beneficios, contribuye a disolver aquellos alimentos que no hemos masticado lo suficiente.
La mejor manera de incorporarla en nuestra dieta diaria es elegir alimentos ricos en agua, como frutas, verduras y sopas, pero, además, beber de manera pausada antes, durante y después de las comidas.
Algunas recomendaciones
Es recomendable consumir un mínimo de 2 litros de agua (sin contar el agua de las comidas o de la preparación de los productos) para poder eliminar los tóxicos generados, especialmente cuando se está perdiendo peso.
En el caso de aquellas personas que presentes problemas de estreñimiento se puede superar esta cantidad de agua.
Consumir un vaso de agua antes de las comidas puede ayudar a que nuestro estómago informe al cerebro de que está saciado más rápido y por lo tanto contribuir a un menor consumo de alimentos.
Lleva contigo una botella de agua. Si te parece insípida añádele una rodaja de limón o de pepino o unas hojas de menta.
Si tienes hambre antes de comer o en algún momento del día bebe un gran vaso de agua. Espera 10 minutos y vuelve a valorar la necesidad de comer.