21.08.2023 Rodrigo Abreu: «Feliz de ir por el camino correcto»

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Por Karina Núñez

Nuestra historia de vida es de un joven de Minas, quien se ha destacado en el ambiente del carnaval, de las comparsas, pero con una familia detrás, que lo ha apoyado. Con un hermano reconocido a nivel mundial, con grandes éxitos, una hermana que también ha sido reconocida en diversos ámbitos, pero con sus padres de bastión y una gran abuela a la que tiene en su memoria, que lo ayudó a crecer con amor, compartió los mejores momentos de la niñez y que cuando la nombra se nota en sus ojos, el amor que siente por ella. Hoy con una familia formada, con tres hijos, una compañera de vida que hace poco se unió en matrimonio, pero que desde hace años es su amor.

SU VIDA

Rodrigo Miguel Abreu Gallo nació el 14 de julio de 1985. Su familia estaba conformada por «mi hermano Sebastián, mi padre Miguel, mi madre Marita, mi abuela Chiquichí y mi abuela Elsa, luego vino Clarisa. Clarisa llegó seis años después y con Sebastián nos llevamos diez años de diferencia. Vivíamos en Intendente Lois, entre Batlle y Brígido, y gran parte de mi vida igualmente la hice acá en este lugar donde estamos, en Batlle y Juan Farina, porque era la casa de mi abuela y pasaba mucho tiempo acá. Luego nos mudamos a un apartamento en Rafael Pérez del Puerto e Ituzaingó y después de ahí ya nos mudamos para 18».

Recuerda que su niñez fue bastante especial, «porque también agarré la transición de mi hermano que se iba para Montevideo. Entonces era como un ida y venida constante. Con mi abuela, obviamente, haciéndose cargo mucho tiempo de mí, teniendo la escuela acá enfrente. Porque fui a la escuela 8. Entonces pasaba mucho tiempo en la casa de mi abuela, por eso a mi abuela materna la tengo como una segunda madre».

LA FAMILIA Y LOS TAMBORES

Sus primeros pasos en lo que es la percusión y en la música, siempre ha sido con la familia en todas las fiestas «hacíamos los 31 de diciembre grandes fiestas. Salíamos a la calle a tocar. Esto que es mi pasión viene de familia, como que esto nace desde chiquito. Al principio uno no tenía las condiciones, como cuando recién arrancás, después con el tiempo obviamente vas agarrando experiencia, vas escuchando a otras personas y agarrando experiencia. Además también una familia muy unida porque los Abreu que siempre en reuniones, todos los hermanos están unidos, los primos con sus respectivas esposas o parejas en ese momento y obviamente que esa unión la conformaba una matriarca que era nuestra abuela. El día que mi abuela faltó, las fiestas ya no siguieron siendo las mismas, si bien el ímpetu siempre estaba para poder reunirse, obviamente se perdió eso, que es lo que se pierde cuando se van yendo los más grandes. Pero siempre en las fiestas, particularmente, era una fiesta. Pasábamos muy bien los 31, los 24 también lo pasábamos acá en la casa de mi abuela».

«LAS EXPECTATIVAS, A VECES TE PEGAN FUERTE»

Cuando consultamos a Rodrigo por su infancia con su hermano Sebastián, dijo «la distancia que tenemos en la edad, hace que no compartimos juegos en la niñez, mi hermano se fue muy joven, con 17 años, lo que no me hizo tener ese vínculo interno, pero obviamente con el transcurso del tiempo la sangre la sentimos y fuimos reconstruyendo esa relación, obviamente a la medida de él, porque está muy poco tiempo acá en este en Uruguay, pero el relacionamiento de familia, de hermano, de estar cuando uno precisa y al inverso también, a él le tocó tener experiencias muy tristes y uno siempre tiene que estar allí, al lado.

Obviamente hubiese sido mejor poder haber tenido un poco más de unión, de poder compartir un poco más con él, de poder tener más tiempo con él, pero siempre fue muy buena relación y hasta el día de hoy».

A nuestro entrevistado también le gustaba el fútbol y nos dice «a mí me encantaba el fútbol, yo era golero a comparación de mi hermano que jugaba de 9, intenté incursionar en alguna que otra ocasión en el fútbol capitalino, no teniendo tanta suerte, a veces uno también va con la expectativa de que porque es hermano de… capaz que se puede abrir alguna puerta y eso me pegó un cachetazo muy fuerte, porque obviamente si bien las condiciones las tenía, no era lo suficiente como para una competencia tan importante, pero acá en Minas salí varias veces campeón minuano con Nacional. Una sola vez fui a Barrio Olímpico y también tenía condiciones porque Julio Santana, a pesar de que yo era sub 17, Julio me ponía en sub 21 y siempre uno ahí entreverado con la pelota, pero en sí lo fuerte fuerte mío fue en el arco».

El liceo, dijo «bien, entre comillas, hice el liceo Molino Viejo, pero la verdad que no era el fuerte mío el estudio. En realidad lo que no me gustaba era las madrugadas, me costaba horrores, hice primero de liceo y luego pasé a la UTU por recomendación de mi abuela, que me dijo, por qué no hacés carpintería o electricidad, y empecé a hacer la UTU y ahí pude cumplir el ciclo básico y ya después salí a buscar trabajo».

GRANDES EXPERIENCIAS

Rodrigo recuerda que en el mundial de Sudáfrica «me tocó viajar con mi hermano, estaba en Montevideo viviendo y ya venía teniendo alguna experiencia en algunas que otra comparsa, me iba metiendo un poquito en la comparsa Unque, que fue la que un poco me encaminó en esto Jorge Benítez que para mí es mi gran guía y amigo hasta el día de hoy, él me empezó a encaminar, y cuando vuelvo del mundial de Sudáfrica, que en uno de los safaris nos hicieron recorrer alguna aldea africana, justamente del país en donde hoy en día es la comparsa Uganda, pude interiorizarme un poco más por intermedio de un traductor, aprender de lo que verdaderamente acá en Uruguay no llegaba. Empecé a interiorizarme, fue un mes que estuve en Sudáfrica y para mí lo más rico, obviamente la alegría de que la selección salió cuarta y que mi hermano picó el penal, pero más allá de eso, me traje lo más rico que hoy en día defiendo, que es nuestra cultura. Entonces para mí fue un viaje formidable y hermoso porque me traje cantidad de aprendizaje que hoy en día, con una base sólida estoy con una comparsa pero con base verdaderamente sólida de África».

«TODO ES APRENDIZAJE»

«La comparsa me ha dado muchísimas satisfacciones, como también de las otras, pero creo que las malas sirven de aprendizaje y después en el transcurso del camino te vas dando cuenta de qué fue lo que hiciste mal o qué fue lo que hiciste bien. Pero las satisfacciones que uno se lleva es lo mejor, yo tengo que agradecerle a la comparsa que hoy en día tengo conformada a mi familia, conocí a mi mujer, tengo a mis hijas, entonces para mí eso es lo más importante. Creo que ya gané todo. A Virginia, la conocí hace 11 años y me casé hace poco. Tenemos dos nenas que se llaman Brenda y Bianca, Brenda tiene 8 y Bianca tiene 6, y aparte mi otro hijo grande que tiene 14 que se llama Benjamin. Mi familia me acompaña con la comparsa, cuando no están dentro de la comparsa se nota, porque hay un vacío, porque ellas siempre están jugando o integrando a los niños que vienen a la comparsa y eso me da mucha felicidad».

«A VECES SE PIERDE LA ESENCIA VERDADERA DE LA COMPARSA»

Le hicimos referencia a Rodrigo, que siempre se habla de que el tema del ámbito del carnaval no es el mejor en Minas, por lo que nos dice «y es raro. Es raro, porque aparte estamos a 120 kilómetros de Montevideo que si bien Montevideo también es raro, noto muchísima más unión. Que hoy en día lo triste de esto es que a veces se pierde un poco la esencia verdadera de la comparsa que es el poder nuclear a la gente. Tuve la experiencia de poder armar la comparsa acá en Minas y salir con gente de acá de Minas, pero me llevé un sabor muy amargo, que no era lo que yo esperaba, hasta el punto de decidir no sacarla más. Todavía estoy queriendo entender qué es lo que sucede para que no haya esa fluidez de las agrupaciones unidas, para poder sacar un colectivo. Porque la realidad es que la comparsa se forjó de gente esclava, de gente que sufrió muchísimo, que la sacaron de su ámbito para llevarlo a otro país que no sabían ni qué iba a pasar, viviendo en unas pensiones donde vivían todos, eran hacinados, todos juntos y eso es muy triste, y sin embargo la esencia seguía. Hay que replantearse muchas cosas, y empezar a trabajar desde lo humano, no pensar solamente en el vil metal, que lamentablemente hoy en día es lo que pudre todo, pensar más desde lo humano, pensar más en la sociedad,  los integrantes, porque verdaderamente las comparsas se nuclean de 60 a 70 integrantes en una ciudad».

UN TRAGO AMARGO

Al preguntarle si le gustaría formar nuevamente una comparsa en Minas, nos dijo «deberían cambiar muchas cosas, porque la experiencia que viví cuando llegaba de Paraguay con gente de la comparsa, para venir a estar presente en el desfile de carnaval, no fue la mejor, quedé muy triste, sufrí muchísimo. Pasé días y días encerrado, pasaron muchas cosas y lo único que buscaba era ser parte de la sociedad minuana y participar de algo tan lindo como es el carnaval.

La comparsa debe ser de disfrute, salir a vibrar, brillar, poder reencontrarse con su gente, el tambor, el baile, pero lamentablemente siempre sucede que hay competencia, el dinero está en todo y no es lo que busco desde mi interior. Yo en 12 años que la comparsa sale, nunca gané absolutamente nada, solo gané acá en Minas un desfile y gané un desfile en Montevideo, después el resto de desfiles nada, pero yo lo disfruto de esa manera, yo ya lo tomé de esa manera, yo saco la comparsa porque verdaderamente la comparsa salga a la calle, es la gente que la saca a la calle, entonces a mi no me interesa ni quién sale primero, quién sale segundo, quién gana más, quién gana menos y cuando se ponen esas cosas en la balanza a veces se vuelca y yo la verdad sinceramente no estoy para eso, estoy para poder disfrutar, dar un espectáculo, dar un espectáculo al público. El disfrute de uno es fundamental, porque al fin y al cabo uno se angustia, se pone mal, se pone triste y estás perdiendo lo más importante, que justamente es el disfrute de la comparsa».

PARTICIPACIÓN CON UGANDA

Rodrigo, contó que hace poco estuvieron participando, en Paraguay, en Encarnación. «También fuimos a Salto el año pasado. Para nosotros es como una fija, porque ellos siempre todos los años en esta fecha en agosto, setiembre, octubre nos mandan la invitación para ir a Paraguay, porque es totalmente distinto es un sambódromo, son cinco cuadras en donde el sambódromo son todos fotoeléctricos colados otro tipo de música y nosotros llegamos sin parlante, sin mucho eléctrico, vamos a decir todo es natural. La verdad que nosotros quedamos sumamente contentos por  muchos de los integrantes».

«Que seamos reconocidos en otro lado, para nosotros es tocar el cielo con las manos sinceramente, porque estamos llevando nuestra cultura a tierra vecina haciendo talleres, brindándole herramientas a gente que se interesó por querer aprender. Son los verdaderos logros. Sigo en este camino, lo que obviamente con el tiempo, uno va haciendo un poco más riguroso y más exigente con lo que se hace, debe ser por la edad que ya se va poniendo un poco más rudo, pero mantenemos la misma línea pero mejorándolo. Ahora tenemos dos jefes de cuerda, a Maico y Santiago que son de las nuevas generaciones, en donde uno se refleja un poquito cuando uno arrancó con ese ímpetu con esas ganas con esa fuerza y verdaderamente uno se siente reflejado y al sentirse reflejado se siente tranquilo de que está por buen camino la cuerda. Hoy en día solté, para obviamente buscar nuevos horizontes y estamos por él mejor camino».

«MI FAMILIA ES TODO LO QUE ESTÁ BIEN»

Por último Rodrigo dijo «he sido feliz, teniendo esta familia que tengo que para mí es lo más lindo, poder compartir de tener a mis padres, de poder experimentar lo que experimenté con mis hermanos, lo que experimento con mis hijos, para mí eso es la felicidad más grande. El poder transmitirle lo que uno hace también a nuestros hijos e intentar llevarlo por el camino más correcto, eso es lo que el día a día a uno lo hace  feliz y lo deja tranquilo de poder estar compartiendo los minutos de la vida con la gente que uno quiere».

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