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Por Omar Guillén

Todos y cada uno de nosotros seguramente tenemos un camino andado en la vida. Cuanto más se extiende la misma más camino recorrido. En nuestro caso podríamos comenzar en un lejano tiempo y el campo fue la base de todo lo que vino luego. Nacer en medio del campo y dar los primeros pasos allí fue sin duda toda una experiencia de vida como la de tantos.

Ya lo he señalado en alguna ocasión que nací en el departamento de Canelones novena sección e inscripto en la segunda de Lavalleja por el tema distancia que en aquel entonces era algo sustancial. 

Los desplazamientos de nuestros padres y mayores en general en la campaña era de a caballo, el «charret», carro o la carreta intervenían también además del caballo los bueyes. Era una lucha que quizás la gente de hoy no se lo imagina, por cuantos los efectos del tiempo meteorológico como siempre ha tenido su enorme peso.

Verano, calor y sol quemante, en invierno el viento, la lluvia, los caminos de tierra, cañadas crecidas, ni que hablar los arroyos con escasos puentes eran de temer sin duda, más allá de lo arriesgado de muchos hombres y mujeres de aquel tiempo.

En medio de esa situación fuimos creciendo, viviendo, observando y participando de alguna forma desde el principio. Las lluvias invernales parecían más largas, se hacían interminables, por cuanto estamos en un ambiente no tan propicio como hoy en día. 

Los medios de comunicación eran casi nulos, una radio, donde podía escuchar una sola persona por un auricular muy especial. Los diarios que existían en plena campaña no era nada fácil más allá de que mi padre recibía todas las noches el diario «El Plata» donde aprendí a leer algo y en especial a un periodista que luego conocí en persona Luis Esteba Ríos conocido por su página de una columna L.E.R. con un Picoteando, que también se lo tomé en ocasión de llegar a La Unión en la década de los años 60. 

En otra ocasión les cuento cómo lo conocí y dónde vivía este hombre con gran poder de síntesis en las notas.

Volviendo al camino andado para no aburrirles por hoy les cuento que junto a mis padres y mi abuelo paterno viudo de una abuela que no conocí pero según el Abuelo y mi Padre era sencillamente maravillosa, montevideana ella, de una familia muy importante en el viejo Montevideo, se adaptó al campo y sus problemas por amor sin duda al hombre de su vida a quien le dio 4 hijos y uno falleció siendo muy pequeño. Bueno con ello fue creciendo, aprendiendo a laburar en el campo, porque allí no había otra cuestión que no fuera el laburo, la lucha y la esperanza de algo mejor, pero en un horizonte lejano.

Tuve de alguna forma la suerte de que mi abuelo por razones de salud en el invierno se iba a Montevideo y desde los 5 años comenzó a llevarme con él y vivir en un ambiente excelente con tíos y tías abuelas espectaculares como Beba, luego María Inés que supo vivir en el campo cuando contrajo matrimonio con mi tío abuelo Andrés, un tipo fenomenal por lo calentilla. Supo tener en su comercio almacén en las proximidades de la casa de mis padres donde había una cancha de fútbol, una cancha de bochas, cancha de taba, salón de baile, peluquería y ese almacén con cantina diríamos. Allí se vivían domingos brillantes con decenas de personas de ambos sexos de la zona que disfrutaban de todos esos juegos y hasta algunas luchas de facones, algo que se llamaba como barajar o algo por el estilo.

En futuras ediciones iremos contando si la memoria nos ayuda este camino andado como tantos otros muchachos ahora con muchos años, en aquellos tiempos que si lo pensábamos bien fue sensacional en muchos sentidos y más allá de las dificultades que las había y que eran duras quizás para muchos de hoy día creíble, pero les puedo decir que eran duras  y mucho más. Durísimas y hasta nos parece mentira que nuestros mayores las fueron superando para ir formando sin darse cuenta lo que tenemos hoy en día. De alguna forma edificaron algo que es todo esto que ahora disfrutamos.

Volveremos como siempre agradecidos por la atención y solo pensando que sirva al menos para recordarles a quienes lo vivieron y ubicarse y no quejarse tanto de otros que están en otro momento del mismo mundo, pero son distintas características.

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