04.01.2021 El Covid 19, el final y el comienzo del año
Por Karen Corbo
A cuatro días del 2021 y con la esperanza renovada en que todo mejore, solo queda la fiesta de Reyes para celebrar. Fin de Año y Navidad fueron fechas atípicas en 2020 en el contexto de pandemia que impidió a muchos reunirse para festejar. Diario La Unión conversó con la psicóloga Yliana Zeballos sobre la repercusión que el distanciamiento social y el desarrollo de una enfermedad tan contagiosa tiene en las personas, especialmente en estas fechas.
Miedo
Los rebrotes, el recrudecimiento de la pandemia, la cantidad de personas internadas, el número ascendente de los pacientes en cuidados intensivos y las defunciones comenzaron a generar un sentimiento de miedo. «Ahora lo hemos sentido con esto del rebrote que está en todos nosotros es el miedo a la propia muerte y a la de familiares más cercanos, nuestros afectos. Son una cantidad de sensaciones que están asociadas al tema del miedo como por ejemplo un sentimiento de frustración, enojo, cierta ambivalencia también», señaló Zeballos.
«Las personas tienen distintas reacciones ante el miedo, pueden ser reacciones más funcionales o reacciones que tengan que ver con conductas más creativas y aprovechar el tiempo en hacer cosas con esa situación nueva y desconocida. O más disfuncionales, asociadas a emociones más negativas por ejemplo la frustración, todo lo que no podemos hacer, focalizarse en los ‘no puedo’ genera sentimiento de frustración que a veces es difícil de manejar en lo diario», describió.
«A su vez está afectada la rutina, entonces hay como ciertos niveles de desorganización incluso con el teletrabajo, todo lo que implica armarse un lugar de trabajo en la casa, combinarlo con la rutina doméstica. O situaciones de cuidado y ahí las mujeres en esta cultura siempre vamos perdiendo porque estamos asociadas a todos los cuidados de las mascotas, los hijos, las personas adultos mayores. Ahí también se complejiza un poco y generan situaciones de ansiedad y depende mucho de la personalidad de base de la persona», explicó la profesional.
«Las roturas de las rutinas, todo lo que tiene que ver con la sensación de encierro, la soledad que a veces mucha gente aunque viva con otras personas se siente sola porque dejó de pertenecer a esos grupos donde se movía socialmente. Hay una sensación de emociones complejas mezcladas, entonces aprender a manejar todas esas emociones nuevas también nos genera un plus como de ansiedad y angustia por ende. Además de la incertidumbre, esto de no saber cuándo va a terminar, hasta cuándo va a ser esta situación, no nos quedan muchas opciones más que confiar en que todo va a salir bien, contrarrestar un poco el miedo y la cultura del miedo con la confianza y la paciencia. Tenemos que tener paciencia en que esta situación es transitoria y adquirir nuevos hábitos, que eso también es lo más difícil porque esto de las rutinas como seres sociales rutinarios los seres humanos, nos cambió todo el esquema, ahí volver a organizarnos y generar una situación donde podamos sentirnos seguros, porque las rutinas nos dan seguridad, entonces cuando te armás una rutina sabés qué va a pasar y podés anticipar», detalló la psicóloga y docente universitaria.
Patologías
Según Zeballos hay patologías del psiquismo que pueden verse disparadas o afectadas, por lo que sería necesario que la persona deba consultar al médico para ajustar la medicación o tener sesiones con el psicólogo. «Es una situación excepcional que incrementa ciertos síntomas, por ejemplo los síntomas de la depresión, la ansiedad, la angustia, el aburrimiento, personas que no tienen una rutina o que ya estaban en un tratamiento o venían procesando algunos duelos, se incrementan esas emociones y sentimiento, y quizás necesite un ajuste de la medicación o tener más consultas o preservar el vínculo con el psicólogo. Muchos psicólogos están trabajando virtualmente también, que no es lo mismo por esto del encuentro cara a cara, pero también es necesario mantener el vínculo con ciertos pacientes que no toleran una espera, en el sentido del incremento de los síntomas de ciertas patologías como por ejemplo la depresión, los trastornos de ansiedad o los trastornos por pánico», mencionó.
Negación
Otro de los sentimientos que se han generado durante esta pandemia es la negación. «Hay personas que dicen ‘no pasa nada, porque esto no es nada, está todo el mundo exagerando’, o las teorías conspirativas que dicen ‘esto es una tercera guerra mundial’, hay cantidad de teorías que van por la línea de la negación. Eso en principio genera calma en la persona porque si me decís ‘no pasa nada’, me quedo calmado, pero a su vez genera la exposición, porque si crees que no pasa nada te exponés a situaciones no tomando las medidas. Por eso una de las cuestiones principales es la confianza en la ciencia y en el científico, que no deja de ser un virus muy contagioso que genera muerte en las personas y una situación de gravedad que requiere una internación y una cantidad de cuidados y tratamientos, que si todo el mundo estuviera en esa situación el sistema de salud colapsa», sostuvo la psicóloga.
Zeballos subrayó la importancia de tomar conciencia de los cuidados individuales y colectivos. «La empatía, la comunicación y la solidaridad nos puede proteger individualmente y colectivamente, más en este tiempo de fiestas, de fin de año que terminan como proceso y ciclos», afirmó.
En la misma línea de la negación «a veces la gente se hace la fantasía de que como termina el año y termina la pandemia. Tenemos que tomar conciencia en un sentido de realidad que esto continúa y que todavía no tenemos la solución a la situación que nos proteja a todos, que estemos con cierta seguridad de que vamos a salir bien de esta situación».
«Creo que exponerse y generar ese tipo de catástrofes también genera sentimientos de desesperanza. Lo primero es la aceptación de la situación, encontrarse en el presente y vivir el día. Eso nos cuesta a los seres humanos porque a veces estamos anclados en el pasado o proyectando en el futuro. Si estás anclado en el pasado estás con una situación más depresiva pero tenemos que hacer el esfuerzo y concentrarnos en el presente. A su vez también tomar conciencia de los riesgos que sería pasar estas fiestas con gente que no está dentro de nuestra burbuja de contactos», señaló la profesional.
Hábitos saludables
Mantener una rutina es bueno para contrarrestar esta situación y evitar los pensamientos que generen ansiedad o pánico. «Tener en cuenta permanecer en los cuidados que tienen que ver con la rutina, las horas de sueño, no estar expuestos a demasiadas noticias eso lo único que acarrea son emociones negativas. La sobreinformación o la sobreexposición tampoco es recomendable. Después organizarse, las nuevas rutinas, aprender algo bueno puede ser motivacional para la persona, sacarla del aburrimiento y la tristeza. La rutina de ejercicio, hay gente que ha salido mucho en bicicleta, quienes practicaban un deporte en grupo tratar de buscar la forma de que sea en condiciones. El contacto con la naturaleza y el sol está comprobado que estar un tiempo al sol no perjudica a nadie y ayuda. Poder tener esos momentos de esparcimiento y recreación porque con el teletrabajo se corre el riesgo que se esté todo el día trabajando, nos ha pasado que los que estamos teletrabajando enganchamos una cosa con otra y estamos todo el día en la rosca. Generarnos esos espacios de esparcimiento y recreación», recomendó Zeballos.
Durante este período de fiestas o para aquellos que están de licencia es bueno «mantener las redes de contacto vivas como esto de que estamos en un distanciamiento físico pero no social. Por suerte estamos en la era digital de la información y el conocimiento y tenemos una cantidad de posibilidades de estar conectados y ver personas que están lejos, que podemos hablar como si nos estuviéramos tomando un mate o un café. Tener la posibilidad de mantenernos cerca de la familia y los amigos, generar esos encuentros, muchas personas han conocido a sus nietos o sobrinos por videollamadas y otras personas han tenido que despedir a sus familiares sin un contacto y abrazo físico y contenedor, eso también es doloroso pero es transitorio», aclaró la psicóloga.