18.01.2021 Un esfuerzo que marcó un rumbo: hace 69 años Central le daba luz al Parque Artigas

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Foto de archivo

Por Leonardo Rodríguez

Propuesto en 1931 pero efectivamente encarado como un objetivo en 1951 y finalmente concretado en enero de 1952, la idea de darle luz artificial al Parque «General Artigas» llevada adelante por Central Fútbol Club, marcó un rumbo, pues eran pocos los escenarios del interior con tal condición. Los «violetas» se embarcaron en una empresa compleja, que demandó un esfuerzo importante y que hace 69 años se cristalizó en los hechos.

Alfredo Panizza, funcionario de UTE y varios años dirigente del Club, propuso la iluminación del campo de juego en Mayo de 1931, pero su idea no tuvo eco. Pasaron dos décadas. El 13 de Julio de 1951, Reinaldo Prieto, también funcionario de UTE, jugador y dirigente «violeta», expuso en una sala del Centro de Obreros y Empleados, la necesidad que tenía Minas y el Club, de iluminar la cancha, aportando soluciones y posibilidades para llevar a cabo tan importante obra. El Tesorero Canteruccio, consultado sobre si había fondos suficientes para los sellados de la gestión ante UTE, informó que eran $ 3.80 el total del efectivo. Aquella sesión memorable, la presidía el Sr. Gregorio Gómez, por ausencia del titular Sr. Rómulo Nappa, estaban presentes: Fioravanti Farina, Dagoberto Yocco, Pedro Miraballes, Héctor Aguerrebere, Francisco Canteruccio, Alejandro Paroli, Ruben Melgar, Abayubá Amén Pisani, Juan Alzugaray, Manuel y Sudamer Olivera, Ovidio Medina y Luis A. Martínez.

Y en aquella jornada resolvieron trabajar en pos de la concreción de iluminar la cancha. Se solicitó la colaboración de Don Carlos M. de Medina, para que activara las gestiones ante el Presidente del Directorio de UTE, Ing. Mucinelli.

Se designaron Comisiones. Se entrevistó al Ing. Koessler -administrador de las canteras de portland- y al Presidente de AMDET Ing. Juan R. Molffino, para obtener los rieles. Hubo consultas al Jefe Técnico de UTE de Montevideo Ing. Masón, requiriéndose los servicios técnicos de los funcionarios de UTE Emilio Bagnasco y Lucio Vázquez.

El grupo de trabajo que comenzó la labor en el Parque Artigas era catalogado como un verdadero ejército. A diario, una buena cantidad de voluntarios concurrían a colaborar en la ardua tarea emprendida, trabajando a todo ritmo. Se apuntaba a terminar en tiempo y forma para que el Campeonato del Este, con sede en Minas, se pudiera realizar allí.

Apenas amanecía, aquel grupo humano emprendía el trabajo con empeño, sin que los tremendos calores y un sol de fuego fueran impedimento para los avances.

Lucio Vázquez fue dando la forma de columnas a los pesados rieles sobre los cuales tiempo atrás los tranvías arribaban a la ciudad. El peso era enorme y era trabajo para muchos hombres moverlas. Una antigua perforadora, ubicada en la sala de máquinas de la Usina, era utilizada para perforar los rieles, dando un resultado extraordinario.

Se cavaron pozos de más de 2 metros para colocar las bases de las columnas que tenían forma de trípode. Se requirió de camiones, aparejos, lingas y muchos hombres, para levantar y colocar las columnas que soportarían los focos.

Lograda la luz, se alquilaron a UTE 40 reflectores de gran tamaño, ya que en el momento Central no disponía de fondos para adquirirlos.

El 16 de enero de 1952 se inauguró la luz del Parque Artigas, siendo por entonces el cuarto escenario del fútbol del interior que se dotaba de luz artificial.

Esa noche, tan especial y aguardada, al Parque Artigas concurrieron varios miles de personas. Hubo un encuentro preliminar entre veteranos de Central y Nacional, con anecdótico triunfo «violeta», 4 a 1. En Nacional estuvieron «El Rubio» Pereira, «Lalo» Balduini y Berto Lupi, mientras en Central se vio en acción a Carlos Pérez (padre e hijo), Juan A. Nappa, Rufino Montanelli, Manuel Pintos, Reinaldo Prieto, Benito Figgini, Alejo Martínez, José Corbo, Palma y Viscay.

En el encuentro de fondo, el primer equipo de Central se midió con un combinado especial en el que participó un jugador de cada club afiliado a la Liga Departamental, triunfando los «violetas» por 2 a 1.

Fue el punto culminante de una serie de realizaciones, que desde 1949 Central venía logrando en su escenario, como la Cancha de Bochas, Cabina de Transmisión, Boletería, Baños, Bar, Tribuna de cemento y madera, además de la instalación de la sede social y la adquisición de un equipo amplificador. Durante esos años de continua y eficaz labor, actuaron en la Comisión Directiva «violeta» los señores: Rómulo Nappa, Fioravanti Farina, Gregorio Gómez, Pedro Miraballes, Héctor Aguerrebere, Dagoberto H. Yocco, Francisco Canteruccio, Ruben Melgar, Alejandro Paroli, Abayubá A. Pissani, Juan Alzugaray, Sudamer Olivera, Manuel Olivera, Rodolfo Sassi Larrosa, Reinaldo Prieto, Santiago Perry, Gumersindo Rodríguez, Gervasio Fleitas, José O. Nappa, Ovidio Medina, Luis A. Martínez, Solano Prieto, Julio C. Yocco, Alfredo Rodríguez Luciani, José J. García Falero, Eduardo Casas Sanz, Raúl Casas Sanz, Wilson Amaral, Conrado Villalba, Fernando Henry, Angel Sader, Julio Cajaraville, Rufino Pintos Ortiz, Toribio Saavedra, Homero Tais, Roberto Castillo, Aníbal Oxley, René Sader, Emilo Malcom, Benjamín Olivera y Conrado Piriz (hijo).

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