15.11.2021 Lorena Paola Vizcaino: «vivo intensamente la vida que quiero vivir»

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Lorena Paola Vizcaino

Por Karina Núñez

Las personas trans por lo general viven en la pobreza y la indigencia. Muchas de ellas fueron expulsadas de sus hogares durante su juventud porque sus familias rechazan su identidad de género.

Muchos dicen que «es una sensación intensa de desconexión con su imagen corporal y el cuerpo, pueden ser leves y temporales o pueden ser tan fuertes y crónicos que la persona trans comienza a aislarse, evita la compañía de otras personas, o puede pasar meses enteros sin verse al espejo».

Lorena Paola Vizcaino Molina nació el 28 de noviembre de 1961 en la ciudad de Minas. Llegó a la familia conformada por sus dos padres y cuatro hermanos más. Su niñez fue triste, «porque mi madre aceptaba mi orientación pero mi padre no».

Lorena Paola, desde que comenzó a ir a la escuela se dio cuenta que estaba en un cuerpo que no quería estar. «Eran épocas difíciles, existía mucho la discriminación no solo en los niños, sino en los padres, que le decían a mi padre lo que yo era, me decían maricón y tantas otras cosas. Mis hermanos no lo vivieron mal, ellos me cuidaban mucho siempre», recordó.

Concurrió a la Escuela Nº 12 del Barrio Las Delicias, luego de terminada, comenzó a hacer el Liceo, pero a los 15 años su mama falleció y en esos tiempos difíciles, comenzó a ejercer la prostitución.

ÉPOCAS DIFÍCILES

Durante un tiempo se fue a otro departamento, porque acá era difícil conseguir trabajo y la única opción para poder sobrevivir era prostituirse y lo hizo primeramente en Río Branco durante un tiempo.

«Fueron momentos muy difíciles, debía alcoholizarme, debía fumar para calmar los nervios, porque hay que aguantar muchas cosas. Fueron muchos años que debí ejercer la prostitución, hasta el año 2002 cuando conocí a la ex intendente de Lavalleja Adriana Peña. Un día me encontró en la plaza y me dijo que eso no era vida, que debía cuidar de mi vida y siendo secretaria de la Intendencia comenzó a darme changas, después me daban más seguido, hasta que llegué a ser funcionaria municipal», relató.

«SOY UNA AGRADECIDA»

Admitió que «no tengo palabras de agradecimiento hacia ella, por lo que me ha ayudado, porque pienso que realmente si no tuviera este trabajo y debiera volver a la prostitución me pondría a llorar, porque realmente no lo quiero hacer más, lo hacía por necesidad».

Lorena Paola, recibió su nombre en su cédula de identidad, cuando se aprobó la ley y fue una de las primeras en hacerlo en el departamento, «siempre fue mi nombre artístico, siempre me hice llamar Lorena Paola, ya que el nombre que me pusieron mis padres al nacer fue Juan Alejandro. Al recibir la cédula, fue un momento especial y muchas personas se pusieron felices por mí, como también hubo de las otras que se reían o me criticaban», comentó.

«LA DESCRIMINACIÓN EXISTE Y EXISTIÓ SIEMPRE»

Al preguntarle si le gustaría tener una familia o pareja mencionó que «en realidad para las personas trans es diferente, es muy difícil tener una pareja, porque hay mucha discriminación, la vida es muy difícil para nosotras. Me he enamorado pero como cualquier persona me he desilusionado».

En cuanto a la gente de Minas y su trato hacia su persona dijo que «me tratan siempre bien, solo hay algunos que a veces me faltan el respeto, pero por lo general son adolescentes, trato de no dar importancia».

Lorena Paola sostuvo que nunca pensó en operarse ya que «a esta altura de la vida ya no y además siempre pensé que se sufren las consecuencias después, porque tengo una amiga que se operó y su cuerpo cambió, hoy debe tomar antidepresivos, porque esa operación es antinatural, yo estoy hormonizada, pero estoy siempre tratada por varios médicos y psicólogos que me controlan».

«LO IMPORTANTE ES SEGUIR ADELANTE»

Lorena Paola expresó que «como todo en la vida, he tenido altos y bajos, a veces uno debe soportar algunas cosas, porque vivimos en un mundo donde hay mucha discriminación y hay momentos en la vida que uno se siente solo, pero siempre he tenido lindos momentos y he logrado ser feliz a mi manera».

Afirmó que «muchas veces me pregunté por qué me pasaba esto a mí y por qué me tocó vivir esto que me tocó, pero siempre resurgí para seguir adelante».

«Tengo casi 60 años y cuento con mucha salud, soy una agradecida a Dios y a la vida», concluyó.

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